Por qué los jugadores de fútbol tienen problemas para usar bien la cabeza

Si viste una jugada y te pareció que tenía que doler mucho, probablemente dolió mucho. A eso súmale el que pueda ser una jugada con la cabeza, algo que los jugadores de fútbol usan demasiado y de las cuales abusan seguido. Aunque sus cabezas estén intactas y no parezcan tener nada grave, es probable que algo dentro de ellas no esté del todo bien, así que recuerda estos datos cuando pierdan un partido y quieras criticar abiertamente: golpear el balón con la cabeza tiene consecuencias para el cerebro.

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Olvidarse de todo, menos de ganar

Hay jugadores que usan los golpes de cabeza muy seguido, y, por supuesto, son los que sacan puntajes más bajos en las pruebas de memoria. A largo plazo este tipo de jugada les cuesta la habilidad de recordar mejor.

Mientras la cabeza se puede lastimar de varias maneras con golpes y caídas, la materia blanca relacionada con la memoria se pierde cada vez que el jugador se luce pegando con su cráneo a una pelota. Los fanáticos enloquecen, y más cuando hay un gol de por medio.

¿Para que precisa memoria un futbolista? Esto es lo que seguramente te preguntarás, y también se preguntarán los médicos que los atienden. Pero hay otras funciones que se ven afectadas: la percepción visual, sensorial y las espaciales.

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Establecer una pauta

Según los estudios, los jugadores que realizan más de 850 cabezazos en aproximadamente un año tienen más anormalidades cerebrales que los que no cruzan ese umbral. Quienes superan los 1800 tienen una mayor pérdida de memoria y les va peor en las pruebas.

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Es inevitable que realicen este tipo de jugadas, pero sería mejor sí pudieran también mantener sus funciones cerebrales en buen estado. Muchos dirán que no es cierto, porque siempre tienen información de partidos y fechas en la cabeza, pero no es lo mismo recordar un campeonato que el nombre de un periodista o lo que dijiste en la entrevista anterior.

Ahora ya sabes: cuando digas que los futbolistas tienen problemas para usar la cabeza, quizás estés en lo cierto.