¿Por qué a las personas les gusta tener sexo con diferentes parejas? La ciencia tiene una explicación muy interesante

Existe una idea de que las personas que tienen varias  parejas sexuales a lo largo de su vida son promiscuas. Y este concepto sirve para juzgar a los otros por lo que hacen con su cuerpo. La diferencia entre la promiscuidad y el simple gusto por el sexo es que, el primero se caracteriza por ser un comportamiento compulsivo que no discrimina a la hora de elegir un compañero para la cama.

Pero, ¿qué nos motiva realmente a buscar más de una persona para compartir la intimidad? La ciencia tiene una respuesta:

La promiscuidad se asocia popularmente con condiciones mentales como psicosis, desorden de identidad disociativo y hasta personalidades antisociales, aunque no existen pruebas científicas al respecto, explica el profesor de la Universidad de Palo Alto, California, Stephen A. Diamond. 

De acuerdo con el experto, algunas personas tienen una tendencia a llenar con sexo posibles vacíos emocionales —como furia o tristeza— que pueden provenir de situaciones como rechazo familiar o soledad. De este modo cumplen con un patrón repetitivo en el que buscan amor, llenan el vacío con sexo y luego rechazan a las personas. Replican con otras personas lo que ellos pasaron. 

Esto no quiere decir que toda la promiscuidad provenga de problemas emocionales, en ocasiones sólo se desea cumplir un deseo sexual de interacción con alguien, justo como explica el sociólogo Randall Collins. Los humanos, explica, buscamos interacción con otras personas para darle sentido a nuestra existencia y así preservarnos como especie.

Una persona promiscua pretende transgredir la moral a través de su comportamiento, y en el proceso busca personas que quieran hacer esto mismo. Así, obtiene la sensación de pertenencia, y un lugar en una sociedad que parecía rechazarlo, explica el doctor Diamond. 

El psicólogo explica que si bien la promiscuidad es mal vista, si alguien encuentra en ella disfrute y felicidad es recomendable continuar con ese estilo de vida. Pero si esta sólo le deja un vacío existencial o sentimientos negativos, se debe acudir con un psicólogo para poder encontrar una solución.

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