Varios años después de creada la Unión Europea, se trabajó en la creación de una moneda en común y así fue como en el año 1999 a pesar de disconformidades, se introdujo el euro. El objetivo principal de que los miembros de la Unión Europea (excepto el Reino Unido y Dinamarca) compartieran una única moneda era hacer de esta la dominante en la economía mundial.
¿Podría desaparecer el euro en los próximos años?


Se pretendía destronar al dólar, pero luego de 18 años se puede reconocer que eso no sucedió y que la moneda europea está perdiendo valor poco a poco. Según un reporte del Banco Central Europeo, el uso del euro está decayendo cada vez más y está lejos de superar al dólar. Por su parte, el ex ministro de economía francés, Emmanuel Macron, habló del euro como un “fiasco”...
¿Será, entonces, que el euro tiene los días contados?
¿Cuál es el problema?

El ganador del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz afirmó que el euro comenzó mal desde el principio porque nunca debería haber sido creado. Lo compara a un matrimonio de dos personas muy diferentes que en realidad nunca deberían haberse unido.
Los países que hoy en día usan el euro son 19 y resulta casi imposible que funcione de igual manera en todos lados, ya que las regiones son muy diversas y diferentes a nivel político y económico.
Los únicos que podrían cambiar el panorama

Según Macron, los únicos que podrían hacer algo al respecto son Francia y Alemania. Por un lado, Francia debería reformar su mercado laboral y su sistema de educación para lograr un crecimiento económico. Y por su parte, Alemania debería abandonar la austeridad y llevar a cabo más inversiones en los países europeos que atraviesan una crisis económica.
¿Qué mas se puede hacer?

Además de cultivar una mayor confianza entre Alemania y Francia para la cooperación, es necesario que se realicen reformas en las instituciones de la Eurozona, ya que el sistema actual demostró que lo único que logra es acrecentar las diferencias entre los países “ricos” y “pobres”.
Resulta poco creíble que un continente tan poderoso y rico como Europa no pueda mantener a su moneda fuerte. Pero si se mira la situación más de cerca, es comprensible que no funcione por la gran diversidad económica que cada país tiene y es lógico que el euro no se adapte de la misma manera en todas las regiones.
Esto, junto con el Brexit, no prometen un muy buen año para Europa y hacen que el futuro de la moneda común europea sea realmente incierto.