Parejas del mismo sexo lograron tener a sus primeras crías gracias a la ciencia

Ian Malcolm de Jurassic Park, lo dijo bien: «la vida se abre camino», y parece que para la ciencia no hay imposibles, sino tiempos de espera. Recientemente un grupo de genetistas lograron reproducir ratas del mismo sexo con éxito.

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El experimento se llevó a cabo por parte de investigadores del Instituto de Reproducción Biológica y Células Madre de Beijing, China.

Los científicos utilizaron una combinación de células madre y una reciente tecnología genética que permite la modificación de ADN, además de células madre (células embrionarias haploides).

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La tecnología con la que trabajaron se llama CRISPR-Cas9, una especie de tijeras cromosómicas que modifican los genes que no permiten a los huéspedes tener hijos al eliminar ciertas barreras.

El equipo explicó que durante el embarazo, el organismo crea barreras en el ADN del feto. Éstas se imprimen en los genes y permiten o interfieren con los embarazos. Así que modificaron esas barreras para capacitar a los ejemplares para poder reproducirse entre miembros del mismo sexo.

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Para reproducir a la pareja de hembras crearon un espermatozoide artificial por medio de células madre haploides, después lo emplearon para fertilizar un óvulo. Mientras que en el proceso los dos ratones machos integraron un espermatozoide y una célula madre embrionaria a un óvulo inmaduro sin núcleo, para posteriormente implantarlo en la madre subrogada.

Las crías nacidas de dos machos murieron a las 48 horas de nacimiento, mientras que las crías del par de hembras se mantuvieron vivas y saludables.

Aún se desconocen los efectos secundarios de la modificación genética para la reproducción de miembros del mismo sexo, pero hay especialistas que afirman que las siguientes generaciones de esos ratones podrían presentar problemas genéticos.

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El equipo que ejecutó el experimento asegura que aún es muy pronto para cantar victoria, pues la tecnología utilizada está en etapa de prueba y todavía no puede usarse en humanos.

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Los expertos explicaron que este procedimiento emula lo que ocurre con algunos animales en cautiverio —como peces, que modifican su cuerpo para permitir la fertilización si no existe una pareja viable para aparearse.

¿Qué te parece? Es un experimento fantástico, ¿verdad?

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