Nueva generación de apéndices robóticos: un gran avance para la calidad de vida de muchas personas

Melissa Loomis es una mujer de Ohio a la que tuvieron que amputar su brazo en 2015 tras haber sido atacada por un mapache. 

Hasta hace poco, para las personas que perdían una extremidad, las únicas opciones para encontrar un reemplazo eran bastante limitadas. Afortunadamente eso está cambiando gracias a proyectos como el Modular Prosthetic Limb, financiado por DARPA, que consiste en un brazo robótico controlado por el pensamiento y desarrollado por científicos e ingenieros en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Johns Hopkins.

Una nueva posibilidad

Melissa es una de las pacientes que forman parte de esta nueva generación de apéndices robóticos. Gracias a una nueva cirugía llamada reinervación sensorial específica, Melissa puede sentir el tacto a través del MPL (el brazo protésico modular), convirtiéndose en la primera paciente de Estados Unidos en lograrlo.

Mientras que el MPL (Modular Prosthetic Limb) ha estado en desarrollo durante casi una década, y ya es utilizado por algunos pacientes, el principal obstáculo sigue siendo lograr la simulación natural del sentido de una mano humana al tacto.

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Todavía queda trabajo

El brazo robótico está equipado con más de 100 sensores de contacto y temperatura, pero los ingenieros no han podido probar plenamente las capacidades del brazo debido a que resulta muy difícil interconectar el sistema nervioso de un paciente con una máquina.

La cirugía a la que se sometió Melissa reasignó cada miembro individual responsable del tacto desde su mano hasta su brazo. Cuando cada nervio se une a la extremidad a través de los electrodos, ella es capaz de sentir la sensación y la retroalimentación de la temperatura a través de cada dígito individual.

Cirugías y procedimientos como este son los que logran impulsar la sofisticación de la robótica biónica cada vez más lejos, logrando mejorar significativamente la vida de muchas personas que han perdido alguna extremidad.

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