Paula Cáceres es una estudiante fueguina de 22 años que hace 5 vive en la Ciudad de Buenos Aires. El último sábado, Paula fue al boliche Jannoy de Palermo a festejar el cumpleaños de una amiga. Sin embargo, no pasó la puerta.
No la dejaron entrar al boliche porque su corte de pelo "no era femenino"

Si bien todo su grupo estaba anotado en una lista, al momento de llegar a la entrada del establecimiento uno de los patovicas del lugar impidió su ingreso. ¿El motivo? Su corte de pelo.
– No puede entrar con el pelo así – ¿Así cómo? – Así, con la rasta. Tiene que tener un pelo más normal. – ¿Cómo? – Así, largo, femenino, como vos- respondió el hombre de seguridad.
El insólito diálogo despertó la indignación de sus amigas, que inmediatamente se retiraron del lugar. Paula incluso llegó a pensar que la carga residía en ella, como sucede en muchas situaciones similares.
Sin embargo, afortunadamente entró en razón y relató en un posteo en Facebook el acto de discriminación que sufrió amparado bajo la infame regla del «derecho de admisión» al que se reserva cada establecimiento.
Inmediatamente el posteo se viralizó y la publicación se llenó de mensajes de repudio, aunque no terminó allí: Paula radicó una denuncia en la Defensoría LGBT de la Ciudad de Buenos Aires que será enviada al INADI para que tome cartas en el asunto.
Se trata de un nuevo caso de discriminación y machismo de la violencia de género a la que tanto las mujeres como la comunidad LGBTQ se ven expuestas día a día. La pregunta que nos surge después de leer este caso es, ¿hasta cuando? ¿No va siendo hora de hacer de la tolerancia una política de estado?
Denunciá los casos que conozcas para visibilizar la problemática y sumate a los que evitamos asistir a aquellos lugares sexistas que prohíben el acceso basándose en la apariencia física de las personas.
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