Museos de la tortura: entre el espanto y la atracción

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¿Creías que en los museos solo se iba a ver exposiciones de obras de arte, pinturas, esculturas o fotografías? Hay museos para todo, y es por ello que hoy te llevo a conocer uno muy original: El museo de la tortura.

Es claro que el hombre a lo largo de la historia ha desarrollado múltiples métodos de tortura para dominar al otro, como castigo o vaya a saber uno con qué fin, pero lo cierto es que se ha torturado y mucho. Es para todos aquellos curiosos que no tengan problemas de sensibilidad, que está pensado este museo, en el que se exponen los instrumentos con los que se torturaba antiguamente.

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El Museo de la tortura se encuentra en varias ciudades, y resulta un gran atractivo para los turistas, por su originalidad y también por lo que genera adentrarse al museo mismo: una mezcla entre espanto y atracción.

Hay uno de estos museos en Amsterdam, situado en el número 499 de la calle Singel. Ya desde la puerta uno se hace la pregunta “¿de verdad quiero entrar ahí?” y seguramente cuando ya se esté dentro se responderá “no, definitivamente no”. Pero bueno, una vez curado de espanto se podrá conocer por medio de paneles interactivos, reproducciones de grabados antiguos, y viendo los instrumentos mismos, un poco más de la historia de la tortura a lo largo de los siglos. Te encontrarás con guillotinas, silla eléctrica, garrotes, jaulas y más.

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Otro de los museos de la tortura está ubicado en Praga. Este museo cuenta con 60 instrumentos de tortura, entre los que destacan las sierras, los cinturones de castidad que se les obligaba a llevar a muchas mujeres, y las doncellas de hierro. En este museo hay mucha información también referida a los castigos que implementaba la Inquisición a quienes se rebelaran a las órdenes de la Iglesia, y por supuesto también aparecen las torturas que se infligieron a lo largo de la famosa Caza de Brujas.

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Por ultimo en San Giminiano, ciudad ubicada en la toscana italiana, a pocos km de Florencia, también se encuentra un Museo de la Tortura. Es muy curioso porque se ubica casi escondido entre los muros de piedra propios de la ciudad. El estilo medieval de ésta ayuda a crear el clima propio para sumergirse dentro de los gritos, sufrimiento y dolor que causaban las torturas más increíbles ejercida por los hombres.

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