Hablar con nosotros mismos puede ser una herramienta útil para reducir el estrés, al menos según los resultados de una investigación llevada a cabo en la Universidad Estatal de Michigan.
Muchas veces fue considerado un síntoma de locura, pero hacerlo puede reducir el estrés

La idea no es conversar a todo volumen o hacernos otra cuenta de Facebook con la que nos pongamos a hablar —aunque no se puede negar que suena interesante— sino, en lugar de preguntarnos a nosotros mismos, por ejemplo, por qué estamos molestos, preguntarnos por qué creemos que esa persona está molesta, siendo esa persona nosotros mismos.
La clave está en la perspectiva

La investigación constó básicamente de 2 estudios en donde participaron 37 y 52 voluntarios respectivamente, demostrando los resultados de ambos una concordancia conceptual en el tema, pues se encontró que el diálogo con uno mismo en tercera persona sirvió para reducir ciertos marcadores cerebrales asociados al estrés.
La premisa es que hablar sobre nosotros mismos en tercera persona o incluso cuestionarnos de esta forma nos puede brindar una perspectiva diferente, haciendo que veamos a nuestra persona como vemos a los demás, proporcionando la distancia necesaria para evaluar una situación con más tranquilidad, objetividad y autocontrol.
El estudio encontró además que este proceso no toma más energía que hablar con uno mismo en primera persona, siendo entonces una buena terapia, pues no nos cansa más ni nos exige demasiado esfuerzo siendo una buena herramienta para calmarse.
El hallazgo de esta investigación, según el informe relevado por el equipo, puede demostrar que «el cambio lingüístico que promueve la distancia psicológica desde el yo» puede también ser una herramienta para el control de «las respuestas emocionales» que tenemos las personas.
El equipo continúa señalando que, «debido a su sencillez y eficacia, la auto-charla en tercera persona podría resultar útil para promover la regulación emocional en la vida diaria», señalando que además «sería fácil de difundir a gran escala» y «bastante fácil de implementar».
¿Crees que este nuevo descubrimiento es acertado? ¿Comenzarás a hablar contigo mismo en tercera persona, basándote en los resultados de este estudio?
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