Monsanto, una aldea entre rocas

Imagen Thinkstock

Ubicada en la región de Idanha-a-Nova dentro de Portugal en la frontera con España, Monsanto es una de las freguesías más peculiares de toda Europa, una de las aldeas más antiguas de la región y una de las más pequeñas, con un área de 131,76 kilómetros y sólo 850 habitantes.

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A pesar de su minúscula apariencia, a Monsanto se la considera la “aldea más portuguesa de Portugal”, en especial porque se encuentra intervenida en más de un sitio por grandes rocas que irrumpen en las casas y ya son parte del extraño paisaje de la freguesía.

Preservación histórica

Monsanto solía ser la ciudad principal del concelho portugués al comienzo del siglo XIX, pero ahora es preservada por ser una de las doce aldeas históricas que se encuentran a lo largo de Portugal, y es orgullosa portadora del emblema nacional, el Gallo Plateado, que se puede ver al tope de la Torre del Reloj o Lucano.

Es importante destacar que los hogares y edificaciones de la aldea se hicieron en base y en torno a las grandes rocas, muchas de las cuales aún permanecen intactas.

Una de las más bellas características de la ciudad, además de lo referido a las piedras, es el increíble panorama que adorna la zona, al estar Monsanto ubicada al borde de una montaña cerca de la Serra da Estrela, y gracias a ello podemos tener una vista impactante de toda la región desde muchos puntos dentro de la aldea, a los que se puede acceder recorriendo los caminos trazados por los antepasados, gran parte de estos pasando justo por el centro de las grandes rocas que adornan la zona.

Construcciones sorprendentes

Esta tradición por parte de los antepasados de no construir o destruir los monolitos hizo que Monsanto se volviese muy popular entre los turistas que visitan la zona, ya que es muy gracioso e impresionante ver cómo las casas tienen formas extrañas e inclinaciones particulares, sólo para esquivar la enorme roca que se suspende sobre éstas.

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De todos modos, no hay peligro alguno, ya que las grandes atracciones se mantienen firmes en su lugar y jamás han provocado accidentes de importante magnitud.

Otra cosa por la que maravillarse dentro de esta aldea es que todo parece detenido en el tiempo, ya que parte de sus edificaciones permanecen intactas desde su construcción en el siglo VI por los Lusitanos, ya que el terreno en donde se ubica la ciudad hoy en día estaba cerca de un castillo Lusitano.

Los fanáticos del Gótico portugués estarán fascinados de recorrer las casas dentro de la aldea, un perfecto ejemplar de cómo la gente se ha adaptado para preservar un ambiente, a tal punto que se convirtió en una bella tradición que se puede visitar.

¿Qué les parece la aldea de Monsanto? ¿Conocían este lugar de Portugal?