Menorca y sus célebres calas

La Isla de Menorca, ubicada en España dentro en el Mar Mediterráneo, cuenta con playas paradisíacas, una de ellas es la que pertenece a la bella y famosa Cala Macarella (ubicada en la costa sur), un paisaje extraordinario que ha recorrido el mundo a través de fotografías, con su vegetación verde y exuberante, sus blancos acantilados, el color turquesa de sus cristalinas aguas y la blanquísima arena. Aunque hoy en día ya todas sus pequeñas bahías son célebres.

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Aguas de color turquesa

Macarella está al suroeste, a menos de media hora desde Ciutadella. Y junto a ella, mirando hacia el mar a la derecha, a sólo cinco minutos de caminata, encontramos Macarelleta, mucho más pequeña pero no menos hermosa. Hacia el este arribamos a Cala Galdana, para quienes gustan del senderismo esos dos kilómetros que las separan serán apenas media hora de marcha. Es una de las de mayor tamaño de la isla y cuenta con todas las comodidades para ir con la familia. En ella se realizan un sinfín de actividades recreativas acuáticas y su ubicación es también inmejorable, está a 23 kilómetros de Ciutadella y a 36 de Mahón.

Pero dentro mismo de la jurisdicción de Ciutadella, a doce kilómetros de ella tenemos las Playas de Son Saura, Banyuls y Bellavista, una mirando hacia el este y otra hacia el oeste, separadas ambas por las Lloses des Governador. Miden cerca de cuarenta metros de ancho, la primera posee una longitud de 200 metros mientras que la segunda mide alrededor de 310.

A través de senderos, desde ellas, se puede llegar caminando hasta Es Talaier y esforzándonos algo más hasta Talaia d’Artrutx, que es una torre de casi sesenta metros de alto que está a 350 metros de la costa, desde la que se pueden observar todas las playas del sur de Menorca. Es Talaier, a quince minutos de marcha, es una de las calas más pequeñas del sur, escondida entre un pinar espectacular es otro de los paraísos de Menorca, luego de ella vienen Macarelleta, Macarella y Cala Galdana.

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Aguas azules al norte

Muy cerca de allí está Cala Mitjana, con una gran playa de arena dorada y hasta con zambullidas desde los acantilados de unos siete u ocho metros de altura, desde ella se puede acceder a Cala Mitjaneta, a Cala Trebaluger, a Cala Fustamy a Cala Escorxada. Llegando al extremo sureste está Cala en Porter, de escaso tamaño y muy concurrida dada su cercanía con la capital, Mahón.

Luego de pasar Mahón ya nos encontramos con las calas del norte. Entre ellas Cala Presili ( Capifort) y Cala Tortuga, cercanas al Faro de Faváritx; la coloración de las aguas cambia a un celeste azulado pero son igual de cristalinas y permiten el uso de snórkel para sumergirse y disfrutar de un paseo por los fondos arenosos.

Tantas y tan bellas son las playas vírgenes de Menorca que es difícil describirlas una por una. Todas están cerca de ciudades con playas importantes y que cuentan con todas las comodidades en cuanto a hoteles y restaurantes. La idea de visitar las calas es la de disfrutar de lugares en los que aún no se han instalado el progreso definitivamente y son, por lo general, lugares protegidos con el  fin de evitarlo y que la madre naturaleza siga reinando en ellos.

¿Conocían las calas de Menorca? ¿Les gustaría visitar estos sitios?