Más allá de Río de Janeiro

Todos sabemos que una de las fiestas más grandes en el mundo es el Carnaval que se lleva a cabo en Brasil. Del 4 de mayo al 8 se lleva a cabo esta celebración, que se ha vuelto un sinónimo de Río de Janeiro. El carnaval, sin embargo, es celebrado en otras partes de Brasil, con el mismo colorido e intensidad.

Aunque las fiestas duran cinco días, del viernes al martes que preceden al miércoles de ceniza, muchas festividades pueden comenzar con semanas de adelanto, mientras que en otros lugares las fiestas pueden continuar por semanas. Pase lo que pase, tendrás que hacer una reservación y estar dispuesto a pagar precios altos, pues en esta época los precios de hoteles se duplican o incluso triplican. Aquí hay unas recomendaciones de otros puntos que puedes visitar si no quieres merodear entre la multitud de Río.

Salvador es anfitriona de uno de los desfiles más grandes, con trios elétricos (bandas que tocan con altavoces sobre vehículos en movimiento) y dos millones de personas bailando con frenesí. La música que se toca es axé, un género que mezcla samba, reggae, forró, calipso y frevo. Sólo en Salvador podrás ver a los afoxés, grupos que desfilan bailando al ritmo de canciones y bailes de la religión afro-brasileña, Candomblé.

En Recife dicen los locales que se lleva a cabo el mejor festival de Brasil. Es un evento en el que todos participan. La gente no se sienta a ver, sino que se unen al baile. La música es muy variada, incluyendo samba, forró, maracatu, frevo y mangue, así como géneros menos locales como rock y reggae. Las semanas previas al carnaval están llenas de fiestas y ensayos públicos que son tan divertidos como el evento mismo.

En Olinda todas las personas visten por once días los vestuarios para el carnaval. Hay varios bailes y noches de maracatu, así como diversión en todas las calles. La fiesta comienza con el desfile de las “400 vírgenes” (hombres travestis), donde premian a la más bella, la más exhibicionista y la más grande.