En Francia, ubicada dentro de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul y en el Departamento de Bocas del Ródano, se halla la bella e histórica ciudad de Marsella. Esta ciudad es la que ha dado nombre a la famosa marcha patriótica que se transformó en el himno de su país, “La Marsellesa”, del capitán-compositor Rouget de Lisle, puesto que la cantaban las tropas que avanzaron desde esta ciudad hacia París durante la Revolución Francesa para defender al gobierno revolucionario.
Marsella: la belleza de Provenza


Una colonia griega
Ocupa una superficie de 240 kilómetros cuadrados con las costas del sur bañadas por el Mar Mediterráneo y es la segunda ciudad por cantidad habitantes. También posee el puerto más importante de Francia y tercero de Europa luego de Roterdam y Amberes.
Fue fundada como colonia comercial ( Emporion de Massalia) por marineros griegos provenientes de Fócida o Focea y con ellos llegó también la vitivinicultura; hay restos en la Colina de Saint-Charles que corroboran que ello ocurrió entre los siglos V y IV a.C. Además hay pinturas rupestres en las cercanías ( Cueva submarina de Cosquer) que nos hablan de que la zona ya estaba habitada desde miles de años antes.
La ciudad fue creciendo en torno al viejo puerto griego ( Le Vieux-Port) ubicado en la Cala de Lacydo. Durante el reinado de Luis XIV hubo una gran reestructuración urbanística que la dotó de amplios bulevares y grandes mansiones, así como de dos fuertes a la entrada del puerto, uno en cada orilla, el de San Nicolás y el de San Juan, hoy en día renombrados monumentos. Frente a la costa hay varias islas ( Archipiélago de Frioul), entre ellas la de Iff, cuyo castillo, que data del siglo XVI, recibe cerca de 100.000 visitantes al año.
Arquitectura y gastronomía
En el siglo XVIII se levanta el elegante Teatro de la Ópera y en el siglo XIX se terminan de construir el Nuevo Puerto Autónomo y la Basílica de Nuestra Señora de la Guarda, desde cuya explanada se tiene una espectacular vista de la ciudad y el mar porque se halla en una colina a 162 metros sobre el puerto antiguo. Muchos son los museos para visitar, recomendamos el de Historia, el de la Moda y el de Bellas Artes en el increíble Palais Longchamp.
También se deben ver la Catedral de la Major con su aspecto oriental y la Abadía de San Víctor, en pie desde el siglo V. Hay además tradicionales barrios para recorrer como, por ejemplo, el de “Le Panier” que cuenta con numerosas panaderías, pastelerías y chocolaterías.
La ciudad está unida al Río Ródano mediante un canal y su especialidad gastronómica son los platos a base de pescado, tanto de mar como de río, con capturas frescas del día que es lo que el turismo más busca en los restaurantes de las playas y el puerto.
Una ciudad de cara al mar con clima benigno la mayor parte del año; con un viento frío, el Mistral, que llega de Los Alpes cada tanto y un viento cálido que sopla desde el Desierto de Sahara otras veces, atravesando el Mediterráneo, el Siroco.
Cuenta con aeropuerto internacional y todos los medios de transporte para movilizarse a través de ella, hoteles de todas las categorías y restaurantes para todos los gustos, con amplias playas propias y numerosas calas más pequeñas en las afueras.
Marsella es una bellísima ciudad con carácter propio, fuerte y acogedora a la vez, tradicional y a la vez libre, una paradoja que sólo visitándola podremos comprender.
¿Han visitado alguna vez Marsella? ¿Qué les parece este bello lugar?







