Mamá estaba equivocada: El consumo de azúcar y la hiperactividad
Orgulloso de haber roto grandes mitos del mundo de la ciencia como la dificultad de Einstein para aprobar sus exámenes básicos de matemática, la manzana que inspiró a Newton y la visión de Colón como el descubridor de la esfericidad de la Tierra, me interno en un terreno aún más ambicioso: romper con las ideas científicamente erróneas que las madres del mundo supieron introducir en nuestras tiernas cabecitas cuando aún éramos dulces e inocentes.
Comenzaré con una gran mentira que desde que tengo memoria no sólo mi madre, sino también, ciertas series de dibujos animados, han introducido en mi cabeza. Si yo les preguntara qué pasaría si permitimos que un niño ingiera grandes cantidades de azúcar, ustedes ¿qué responderían?
Muchos, al igual que mi madre, estoy seguro que dirían que el niño alcanzaría tal grado de hiperactividad que sería capaz de caminar por las paredes de la casa y convertirse en una suerte de demonio de Tazmania. Sin embargo, la ciencia tiene una visión muy diferente a la de mi madre y la de muchos de ustedes sobre el asunto.
Lamento informarles que el azúcar no afecta a la gravedad como tampoco lo hace con la hiperactividad. No hay pruebas de que una elevada ingesta de glucosa traiga aparejado ningún tipo de trastorno a la conducta relacionado con una mayor actividad, sí es cierto que la probabilidad de contraer un importante atracón de estómago es bastante elevada. Es decir, nadie despegará sus pies del suelo por pasarse de listo con el tarro de los dulces.
Es más, el efecto que genera en algunos niños el azúcar es muy similar al del consumo de una dosis muy baja de drogas opiáceas, como por ejemplo, la morfina o la heroína, drogas que se caracterizan precisamente por el efecto opuesto a la hiperactividad.
De esta manera, queda demostrado que mamá estaba equivocada. Ya veremos que no sólo en este tema, sino en otros tantos que con el tiempo iremos analizando.
Vía | Cracked