Lugares hippies a los que retirarte del sistema

Dicen que, a diferencia del movimiento de los 70, el hippie del siglo XXI se ha introducido en el sistema para romperlo desde dentro, una teoría un tanto discutible no exenta de la siempre eterna necesidad de evadirnos del trabajo, las normas sociales o los problemas en un entorno natural propicio.

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De modo que, sea cual sea tu ideología, no lo dudes más y comienza a plantearte una escapada a uno de estos lugares hippies a los que poder retirarte lejos del sistema.

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Cala de San Pedro (España)

El último reducto hippie de Europa lo encontramos en la, al mismo tiempo, última zona árida del viejo continente: la provincia de Almería, al sureste de España.

Un lugar en el que el Parque Natural de Cabo de Gata se extiende a lo largo de 50 kilómetros de playas secretas, acantilados abruptos y pueblecitos blancos. Y es en concreto desde la aldea de Las Negras donde una senda nos conduce a través de las montañas hasta la Cala de San Pedro, rincón costero en el que unos cuantos valientes han aprovechado las ruinas de un mirador y construido diferentes casitas con huertos ecológicos y aprovechando la energía eólica.

Como ves, las aguas transparentes de un Mediterráneo que parece más brillante en uno de los lugares más hippies del mundo.

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Varkala (India)

Si bien Goa resume la quinta esencia de la India hippie gracias a la combinación de palmeras, festivales trance y vestigios del movimiento de los 60, el subcontinente asiático posee otros muchos rincones de vibra flower power como Varkala, un pueblecito conocido como "el Cielo Hippie" y situado a orillas de la mar de Malabar, en la sureña región de Kerala.

Chozas con techos de palma, templos budistas, cafés artísticos y playas como Edava, donde el mar y las marismas casi se acarician, son algunos de los principales atributos de este rincón cuya mejor época para descubrir en todo su esplendor es durante el mes de diciembre.

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Zipolite (México)

La película Y tu mamá también conducía a sus protagonistas hasta el último paraíso de México, una de las pocas playas naturistas del país erosionada por las corrientes del Pacífico y rodeada entre montañas que parecen suspirar.

En el pueblo de Zipolite, situado en la región costera de Oaxaca, los descendientes de los nahuatl conviven con backpackers y viajeros que andan buscando uno de los últimos reductos hippies de México, sus fiestas entre margaritas, una "Playa de la Muerte" que regala los mejores atardeceres del continente y, también, otras ciertas actividades con sustancias alucinógenas de por medio que, al menos nosotros, no promovemos.

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Koh Chang (Tailandia)

Lo ideal de un territorio hippie es que este sea isleño, de modo que vamos a penetrar en la costa oriental del país tailandés hasta llegar a la isla de Koh Chang, también conocida como la "isla elefante".

Bungalows construidos de bambú, reggae en sus bares, playas turquesas y una naturaleza vibrante que aún se resiste al impacto de la civilización forman esta isla popularizada durante la II Guerra Mundial y convertida en la peculiar meca hippie del gigante thai.

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Zagora (Marruecos)

Más allá de los decorados de Ouarzazate y antes de adentrarnos en el corazón del Sáhara, la zona de Zagora constituye el perfecto paréntesis para todo aquel viajero que busque nuevas experiencias. En esta "puerta del desierto", un asentamiento bereber recibe a los turistas y los convierten en nómadas, permitiéndoles convivir con ellos durante el tiempo deseado entre las jaimas, camellos, hogueras e, incluso, la posibilidad de adentrarnos con uno de ellos más allá, donde los colores dorados de las dunas y el azul de un cielo infinito son los únicos y contemplativos colores que encontraréis.

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Estos 5 rincones hippies a los que retirarte lejos del sistema tienen en común las vistas de esos mares y océanos que parecen refrescar las estancias de esos muchos viajeros que andan buscando rincones en los que encontrar otras mentes abiertas, una naturaleza digna del Paraíso y todos esos complementes musicales, lúdicos y espirituales necesarios para tomar impulso y retomar nuestras vidas desde una perspectiva mucho más renovada.

¿Has estado alguna vez en un paraíso hippie?

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