Los slots y su efecto en el cerebro

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Los casinos están llenos de slots o máquinas tragaperras, esas que viven haciendo sonidos extraños y que te anuncian a viva voz que has ganado, incluso en el momento en que tu premio sea menos al valor que apostaste. Pero un estudio muestra los slots y su efecto en el cerebro, especialmente cómo el sonido te confunde.

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El estudio sobre la música de los slots

La Universidad de Waterloo (Canadá) llevó a cabo un estudio con 96 personas que separó en dos grupos diferentes: unos jugaban en un slot que hacía sonidos para las victorias falsas, y otro que solo emitía algo visual, sin sonido.

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Se midió las respuestas de la piel y la frecuencia cardíaca, y también les preguntaron qué máquina preferían y que estimaran el número de veces que ganaron en relación al dinero que apostaron. Se llegó a la conclusión de que los estímulos recibidos en la máquina que hacía sonidos eran mayores: las palmas de las manos sudan, lo que aumenta la conductancia de la piel, que aumenta la excitación, y la áreas del cerebro que se encargan de la recompensa tenían más sangre, es decir, estaban más activas. Por otra parte, la gente decía que la experiencia había sido amena. Además, los jugadores con esa máquina exageraban la cantidad de veces que habían ganado en 24%, mientras que los que solo recibieron estímulos visuales era del 15%.

En pocas palabras, algo tan simple como un sonido logra engañar a nuestro cerebro: el juego es el mismo, pero parece más emocionante si tiene sonido, y además, consigue hacernos creer que hemos ganado más dinero, lo que nos termina haciendo jugar más y, probablemente, perder más.

Este sonido siempre ha sido parte del juego, desde 1900, cuando comenzaron a existir este tipo de máquinas. En un principio, sonaba una campana cada vez que había una combinación ganadora, y hoy en día, un slot común y corriente tiene cerca de 400 sonidos que envían señales a nuestro cerebro para que sigamos jugando.

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“A pesar de que los sonidos pueden haber contribuido al disfrute del juego, el sonido también puede dar lugar a una sobreestimación de las veces que se gana. Estos efectos pueden contribuir a los problemas de juegos de azar, junto con las creencias erróneas sobre las verdaderas posibilidades de ganar, y la persistencia que algunos jugadores experimentan al jugar las máquinas tragaperras”, dijo Dixon, uno de los investigadores.

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Otro punto hay que tener en cuenta: se ha visto que aquellas máquinas tragaperras que primero muestran dos resultados iguales y luego van girando el último suavemente hasta que la casilla cae en algo inmediatamente anterior o posterior -obviamente, acompañado de sonidos-, las personas juegan más porque creen que están más cerca de ganar.

Además, son más adictivas para el cerebro porque son fáciles, hacen todo el trabajo ellas y se puede jugar más veces en menos tiempo.

Parece mentira cómo funcionan los slots y su efecto en el cerebro, y una vez más no dejo de sorprenderme viendo qué tan fácil es engañarnos. ¿Tú qué piensas?