Existe la creencia de que en el pasado habríamos sido unos dormilones y que el estrés de la vida moderna y posmoderna nos ha llevado a estar cada vez más con los ojos abiertos. Un reciente estudio demuestra que no es así y que podemos dejar de acusar a internet como la gran villana del insomnio.
¿Los seres humanos seguimos durmiendo lo mismo que nuestros antepasados?


Internet no nos ha convertido en robots siempre despiertos

La primera Revolución Industrial, desencadenada por la máquina de vapor en el siglo XVIII, trajo el incremento en la producción de bienes y servicios y la sistematización de los turnos de trabajo. La segunda Revolución Industrial, ocurrida ente el último tercio del siglo XIX y el primer cuarto del XX, con innovaciones decisivas en los campos de la energía (petróleo, gas y energía eléctrica) y las comunicaciones y el transporte (teléfono, automóvil) lo aceleró todo, incluyendo a los propios seres humanos, quienes, cada vez más angustiados, habrían empezado a dedicar menos horas al día a dormir.
La llegada de internet, a partir del último cuarto del siglo XX, habría sido el golpe de gracia al pijama, con los seres humanos convertidos en autómatas siempre despiertos o semidormidos frente a los monitores de los ordenadores. Un reciente estudio de la Universidad de California Los Ángeles ha traído sorpresas: las sociedades pre industriales dormían (duermen) más o menos lo mismo que la nuestra.
- También te recomendamos leer: «¿Qué sucede si de repente dejas de dormir?»
La costumbre de dormir seguido no es tan vieja

Ahora todos somos exhortados a dormir seguido por lo menos 8 horas diarias, lo que se ha convertido prácticamente en un axioma de la salud mental y física. Pero la costumbre de dormir una vez al día de un solo tirón parece que no es tan antigua como pudiera pensarse, lo que dificulta las comparaciones.
Aunque hace cuatro siglos no se llevaban registros estadísticos sobre casi nada, incluyendo los hábitos de ir a la cama, se sabe que varias culturas dividían el periodo de sueño en dos tandas de aproximadamente la misma duración.
En la interrupción intermedia la gente despertaba por completo (aunque seguramente muchos se quedaban haraganeando en la cama) y realizaba actividades de corta duración. Incluso, si una pareja quería concebir un hijo, se recomendaba el sexo durante esta pausa.
- También te recomendamos leer: «¿Por qué nos da sueño después de comer?»
Pero parece que seguimos durmiendo lo mismo

Lo de que reposábamos 8 horas y las hemos venido reduciendo, parece que, después de tanta insistencia, no tiene el fundamento que quisieran los consejeros del buen dormir. Un reciente estudio liderado por Jerome Sieguel, del Centro de Investigaciones para Dormir de la UCLA, examinó los hábitos de dormir de tres culturas pre industriales y geográficamente separadas, que se conservan como tales.
Las comunidades estudiadas fueron los Hazda, un grupo étnico de cerca 1000 individuos asentados cerca del lago Eyasi en Tanzania central; los Bosquimanos, un pueblo indígena de unas 33 000 personas en Namibia; y los Chimanes, un pueblo de algunos miles de individuos que viven en el Departamento de Beni, Bolívia.
A pesar de las diferencias de origen, tipológicas, culturales y geográficas, las tres etnias se parecen mucho durmiendo. Todas duermen entre 6 y 7 horas por día, de un solo estirón y sin echar cabezaditas durante el resto de la jornada.
En fin, que el tiempo de reposo absoluto diario de estos pueblos pre industriales, todos a buen resguardo del estrés producido por la vida citadina, no es muy diferente al de los que estamos acogotados por la presión de cien mensajes electrónicos esperando para ser leídos y respondidos.Otro parecido de estos pueblos con muchos de los que habitamos las ciudades del mundo moderno es que esperan entre 3 y 4 horas después del anochecer para irse a la cama y se levantan muy temprano.
¡Por otro lado y como producto colateral, el estudio ha aportado otra prueba en el sentido de que la siesta es un invento de pureza española!









