La ciudad suiza de Baden, en la región de Zurich, ha sido siempre alabada por sus atractivos, y desde la época del imperio romano los más destacados personajes se han bañado en sus relajantes aguas termales.
Los placeres que brinda la ciudad suiza de Baden

En Baden se puede tener todo en una pequeña ciudad. Como a lo largo de toda Suiza, Baden posee una cantidad notable de submundos urbanos, combinados bajo un muy elegante arte urbano, y las más delicadas callejuelas y viviendas.
A sólo 20 minutos de Zurich y del aeropuerto, en Baden puede recorrerse un hermoso casco histórico. Con la circulación de automóviles prohibida, este casco histórico es un verdadero viaje en el tiempo, adornado por el estilo de vida suizo que abunda por ahí; me refiero a la elegancia y distinción que abunda en todo lo que tiene la marca identitaria de este maravilloso país.
Los museos son un atractivo excelente para personas de todas las edades. Desde museos para pequeños —como el Schweizer Kindermuseum, donde los niños podrán apreciar obras de más de trescientos años de arte infantil, jugar y divertirse—, hasta las colecciones de familias destacadas por su gusto artístico, podrán visitarse en Baden.
Pero no sólo los amantes de la cultura tienen un lugar reservado en Baden, sino que además aquellos que deseen desestresarse con la principal fuente de ingreso turístico de Baden, pueden hacerlo. Me refiero a sus aguas termales.
19 manantiales de azufre de 47° vuelven a Baden un destino muy elegido dentro de Suiza. Estas placenteras termas alojaron a personalidades como Nietzsche, Goethe y varios miembros de la aristocracia romana, quienes denominaban a Baden como Aquae Helveticae.
Sea por el amor al arte y lo cultural, o por el placer de sus termas, en Baden se puede pasar una estadía inolvidable. Un paseo familiar en el que se podrá vivir unos días agradables y placenteros. Ah, y, por supuesto, comiendo chocolate.
Vía | Myswitzerland







