¿Crees que los humanos no cuidamos el planeta como debemos? ¿Podría ser que el cambio climático sea simplemente obra de los ciclos terrestres? ¿Es posible que se estén volviendo los océanos más salados cada día? Son muchas las preguntas que nos asaltan cuando hablamos de este mundo. Trataremos de dar respuesta a esta última cuestión.
¿Los océanos se están volviendo más salados cada día?


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¿Por qué son los océanos más salados cada día?

La mayor parte de la sal del mar procede de la erosión que causa el agua. Es decir, que en última instancia, son los ríos los que portan las sales disueltas de los océanos. Pero con la ausencia de algunos procesos clave, la salinidad oceánica se está incrementando continuamente. Sin embargo, existen muchos mecanismos llamados popularmente como sumideros de sal que ayudan a remover dichas sales en casi la misma velocidad en que son añadidas.
Los sumideros de sal

El mayor sumidero que existen es la evaporación. Una vez el agua marítima es evaporada, la concentración salina se incrementa.
¿Cómo se remueve entonces la sal? Al final, el agua se vuelve supersaturada en ciertos lugares y no es capaz de contener tanta disolución salada, por lo que aparecen depósitos sedimentarios que pueden formar incluso rocas.
Otro sumidero de sal es el viento. Este rocía el agua de mar en la tierra, donde es evaporada dejando depósitos salinos.
Otros sumideros están referidos a procesos químicos. La lava en el suelo oceánico reacciona disolviendo iones salinos y removiéndola del agua.

También la vida marina ayuda a remover la sal del océano. Muchos animales la ingieren o la extraen del agua incorporándola a su organismo como una especie de coraza o bien la excretan. Normalmente acaba como una capa de sedimentos.
Más allá de los sumideros, el agua fresca de los ríos o la fusión del hielo también ayudan a equilibrar la pérdida acuática por acción de la evaporación.
Todas estas entradas y salidas mantienen la salinidad de los océanos de la Tierra en un relativo estado de equilibrio. No obstante, siempre hay regiones donde existe mayor o menor concentración de sal dependiendo de diversos factores.
Pero no hay que observar este equilibrio como algo fortuito. Esto se debe a que la ratio de sal que se remueve del océano está directamente relacionada con su concentración, y es muy importante para el clima. De perderse, podríamos tener serios problemas climáticos.
Como resultado, en los últimos 1500 millones de años, la concentración salina de los mares globales se ha mantenido en una constante relativamente estable en torno al 3,5 %.

Sin embargo, ha comenzado a cambiar en el último medio siglo. Si esta tendencia continúa, las consecuencias en el largo plazo pueden ser desastrosas. Es evidente que algo estamos haciendo mal, pues la salinidad está creciendo muy rápido, y es necesario reducirla. De nosotros depende dejar a nuestros herederos un mundo mejor, o peor del que se han encontrado.
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