Los molinos de viento de Kinderdijk

Imagen thinkstock

El turismo en Holanda se caracteriza por tener ese marcado espíritu apacible con toque medieval, sorprendentemente presente en casi todos sus pueblos y ciudades. Uno de los destinos en holanda que cumple más a raja tabla con ello son los molinos de viento de Kinderdijk, los cuales constituyen un adorable atractivo turístico para visitar en un fin de semana.

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Kinderdijk es un adorable pueblo holandés de puertas abiertas a los turistas, y entre cuyos atractivos turísticos destaca por sobre los demás sus famosos molinos de viento, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que constituyen uno de los destinos turísticos holandeses más célebres.

Construidos hacia 1740, estos 19 molinos bombeaban agua hacia las tierras bajas, y por ello también son conocidos como molinos de agua. Los molinos de Kinderdijk están actualmente en trabajos de restauración, y turistas que deseen viajar a Holanda podrán visitarlos a partir del año próximo.

Para visitar los molinos no se necesita pagar un euro, pues su entrada es gratuita. Se recomienda visitarlos en meses ventosos, pues es aquí cuando mueven sus aspas y podemos apreciarlos en todo su esplendor. En su interior se exhiben exposiciones sobre cómo era la vida allí, y podemos acercarnos al siglo XVIII.


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¿Cómo llegar a Kinderdijk?

Llegar a Kinderdijk es muy sencillo. Desde Rotterdam o Utrecht puedes tomar el autobús Lijn 90 con destino Kinderdijk, que en 50 minutos te dejará en la ciudad de los molinos.