Los mayas predijeron el fin del mundo, pero equivocaron la fecha: estas son las pruebas

Las profecías apocalípticas existen desde hace siglos, las más populares fueron el infame Y2K, el 6 de junio del 2016 (por el 06/06/06) y la profecía maya del 2012. Por fortuna, y a diferencia de lo que nos auguraban Nostradamus y Baba Vanga, no se cumplieron.

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La supuesta profecía maya relataba que el mundo acabaría el 21 de diciembre del 2012. Esta fue propuesta por el escritor religioso, Michael D. Coe, y no tenía sustento alguno. El problema principal era que lo que Coe consideraba el final del mundo sólo era el fin del treceavo baktún.

Sin embargo, el destino del mundo será el que se había predicho por los mayas si no actuamos colectivamente, así lo aseguró una comunidad de 15 mil científicos en 2017. Ellos anunciaron que de seguir así, en 20 años el daño medioambiental será irreversible.

Si aún eres de ese grupo que no cree en el cambio climático, debes ver este video. Es un extracto de la serie documental Our Planet, en Netflix. Ésta tiene como objetivo mostrar la belleza natural de nuestro planeta así como los cambios negativos que la humanidad ha generado con su consumo desmedido.

En él un grupo de morsas descansa sobre rocas afiladas, pero para hacerlo deben escalar en zonas peligrosas. Algunas caen de más de 5 metros de altura y chocan contra el piso, rodando sin control. Más de 300 morsas están muertas o malheridas; la postal que representa rompe el corazón de cualquiera.

David Attenborough, biohistoriador explica que ellas descansan sobre el hielo, pero como este cada vez es más escaso y al norte, tuvieron que encontrar otra zona de descanso cercana a su área de caza. Ésta peligrosa área era la mejor.

Explicó que fuera del agua las morsas cuentan con una pobre visión, así que sólo sienten cerca a sus compañeras. Cuando tienen hambre deben bajar de esa zona rocosa y muchas terminan muertas por el riesgo.

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Ésta es una declaración de la naturaleza: si no hacemos nada por proteger al medio ambiente, nada detendrá que el cambio climático nos destruya a todos.

Las temperaturas congelantes en Chicago, que tomaron a todos por sorpresa, son sólo otra señal de que estamos destruyendo el mundo. Éstas también son producto del calentamiento global, aunque pienses como Trump y creas que es al revés. Sus devastadores consecuencias apenas comienzan a asomarse.

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