Los grandes proyectos de investigación para entender el cerebro ya muestran prometedores avances

El cerebro es el órgano más enigmático de los seres humanos y en general de todos los seres vivos que lo tienen. La inteligencia de los homínidos, hasta llegar al Homo sapiens, está ligada al tamaño del cerebro. El ser humano fue evolucionando a lo que es hoy en día, en la medida que su cerebro iba creciendo. Se tejen toda clase de especulaciones sobre lo poco que utilizamos nuestro cerebro. Hay una cifra que se ha convertido en un mito: solo lo usamos en un 10%, algunos afortunados un poco más; otros menos, pero ya sabemos que no es más que un simple malentendido.

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Intentando entender el cerebro a lo largo de la historia

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Los médicos de la antigüedad preferían no meterse con el cerebro, un órgano del que no entendían en lo más mínimo. Hasta casi 300 años a. E. C. se creía que la facultad de pensar provenía del corazón. Fue el anatomista griego Herófilo de Calcedonia, el primero en afirmar que venía del cerebro, aunque a decir verdad, sin tener nada en lo que fundamentar su opinión.

Poco a poco, el cerebro fue desvelando algunos de sus misterios, que todavía siguen siendo muchos. El primero en aislar las células nerviosas situadas cerca de la superficie del órgano, fue el neurólogo español Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina de 1906. Estas son llamadas « células de Cajal».

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El médico austriaco Robert Bárány, Premio Nobel de Medicina de 1914, fue el primero en tratar heridas cerebrales por armas de fuego, durante su servicio en la Primera Guerra Mundial. Cuando le otorgaron el premio, Bárány era prisionero de guerra.

Los fisiólogos Roger Guillemin y Andrew Schally, el primero francés y el segundo estadounidense, fueron galardonados con el Nobel de Medicina de 1977 tras demostrar las relaciones entre el cerebro y el sistema endocrino. Roger Wolcott Sperry, otro estadounidense, se llevó a casa el Nobel de 1981 por sus notables investigaciones sobre la división del cerebro.

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¡Imagínate, hasta los años 1980 era poco lo que se sabía sobre los componentes del cerebro! Aquí te dejamos un video para que observes como funciona el cerebro.

Los proyectos «cerebros» lanzados en 2013

En 2013, tanto Estados Unidos como la Unión Europea lanzaron sendos proyectos multimillonarios para intentar desentrañar de manera definitiva los secretos del cerebro. El presidente Obama no dudó en calificar la iniciativa de su país como la más importante en términos científicos desde el arranque de la carrera espacial. No fue un comentario de pasillo o una rápida respuesta a un insistente periodista. Barak Obama hizo su anuncio en la alocución anual más solemne: el Discurso ante el Congreso sobre el Estado de la Unión.

De forma más o menos simultánea, la Unión Europea dio el pistoletazo de salida a su Human Brain Project, dando inicio a la « carrera por el cerebro» una competencia entre amigos, a diferencia de la carrera espacial, que fue una disputa entre enemigos (Estados Unidos y la desaparecida URSS).

Algunos prometedores resultados

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No vayas a esperar resultados espectaculares en unos pocos años. Los científicos más prudentes cifran en 15 años el horizonte de tiempo esperable para tener unos resultados medianamente satisfactorios, suponiendo que al final se consigan. El principal problema es la complejidad del cerebro humano en comparación con el avance tecnológico.

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El cerebro tiene casi 100 mil millones de neuronas interactuando entre sí en magnitudes inimaginables, mucho menos calculables, con nuestros «lentos y simplones» ordenadores (los mejores) de hoy en día. ¿Significa que todavía no hay siquiera un mínimo avance? No, algo se ha conseguido.

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El equipo estadounidense ya logró diseñar un nanoaparato que se puede inyectar en el cerebro de un ratón para monitorear su actividad neuronal. Puede que parezca poco, pero los especialistas dicen que tiene un gran potencial de comprensión del cerebro, al menos en roedores.

También se han producido avances a nivel genético, con una tecnología bautizada como Drop-seq con la que se pretende hacer el primer atlas de genes del cerebro. Otra novedad auspiciosa es el desarrollo de una tecnología llamada DREADD, que opera como un interruptor de las células cerebrales de los animales de laboratorio, activándolas o desactivándolas.

¡Un puñado de innovaciones precoces pero prometedoras! ¡Si con algún proyecto hay que tener paciencia, es con este!