Los elefantes marinos se reconocen entre sí por el tono de su voz

Así como los humanos somos capaces de distinguir entre melodías y canciones, una nueva investigación revela que los elefantes marinos machos o focas, tienen la habilidad de identificarse entre ellos por el sonido de sus llamadas.

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Según Nicolas Mathevon, de la Universidad de Lyon y St Etienne y líder del estudio, los elefantes marinos tienen un sonido distintivo y muy rítmico con el que se identifican, lo que les permite saber quién es quién dentro de la colonia y reconocer a los demás machos.

La importancia de la distinción en la interacción

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El estudio fue realizado en una colonia congestionada de la playa en la que viven más de 4 mil focas. Una colonia repleta en la que es importante identificar a los demás.

Los investigadores pasaron seis años estudiando la colonia del Año Nuevo State Park en California.

Según los expertos, la vida social de las focas puede llegar a ser bastante complicada, teniendo que interactuar con entre otras 20 a 30 focas.

Es por eso que en esos casos, identificar rápidamente entre los machos dominantes o los subordinados puede resultar muy útil, sobre todo para evitar potenciales conflictos.

Los elefantes marinos machos pueden ser despiadados y en caso de equivocarse, puede resultar en la muerte de otro animal de la especie.

Los machos producen señales vocales únicas y las hembras también emiten llamadas para advertir sobre rivales y comunicarse.

Su propia huella dactilar

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Para los expertos, ese sonido peculiar actúa como una huella dactilar, ayudando a los otros machos a decidir si quieren huir del conflicto.

Los expertos grabaron las vocalizaciones de los machos dominantes y luego las reprodujeron a través de altavoces para los machos subordinados.

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Como resultado, los machos menos dominantes huyeron ante el sonido de los líderes que tienen un alto estatus.

Cuando los investigadores modificaron de forma artificial el ritmo de las llamadas, los machos subordinados no fueron capaces de reconocerlas y no respondieron.

Para los expertos, la actitud de no hacer nada, es en realidad una estrategia muy eficiente que puede salvarles la vida.

Más allá de la curiosidad de saber cómo las especies se comunican, entender la interacción de otras especies puede ayudarnos a comprenderlos mejor y entender cómo perciben a los demás, incluidos los humanos.