Los delfines son, sin dudas, uno de los mamíferos que más curiosidad despertaron a lo largo de la historia. Desde hace cientos de años se investiga su comportamiento para entender cuál es el carácter de la relación amistosa que nos une.
¿Los delfines hablan? Este científico está buscando la respuesta

En esa área trabaja Marcelo Magnasco, biofísico profesor y director del laboratorio de neurociencias integradas de la Universidad Rockefeller en Nueva York, quien se dedica hace 4 años a estudiar el lenguaje de los delfines a través de la audición y la decodificación del mundo sensorial.
Magnasco fue uno de los oradores de la edición 2016 de TEDx Río de la Plata, realizada este último fin de semana en el auditorio de Tecnópolis en la Ciudad de Buenos Aires, donde contó su historia a los más de 10 mil asistentes.
Los orígenes de su estudio
Durante su infancia, el físico doctorado en la Universidad de Chicago tuvo una experiencia particular con estos animales. Su tío fue arrastrado mar adentro en unas vacaciones familiares en Villa Gesell, y se salvó gracias a que un grupo de delfines lo empujó de vuelta hacia la orilla.
Si esta historia resulta familiar, es por que este tipo de relatos -en el que los delfines salvan a personas en peligro- están presentes desde los comienzos de la historia, remontándose incluso a la época de la antigua Grecia. Sin embargo, el estudio científico de esta especie tiene apenas 40 años y por eso aún nos queda mucho por descubrir.
En qué consisten las investigaciones
Durante los últimos años se descubrió que los delfines cuentan con la capacidad de innovar y crear piruetas a la hora de demostrar su destreza. Lo que llama la atención es que además pueden hacer esto "en tándem", es decir, haciendo saltos perfectamente sincronizados.
Pero en particular, lo que científicos como Magnasco intentan descifrar es cómo se comunican los delfines para realizar semejantes proezas. Para ello, el investigador argentino graba sus sonidos, que luego son analizados como una partitura musical.
Este estudio, que se realiza en acuarios y en aguas abiertas, requiere de la utilización de micrófonos submarinos y drones para monitorear las interacciones entre ellos. La idea reside en registrar un entorno de 360 grados de su hábitat para analizar sus conductas, posiciones y movimientos.
El trabajo no termina allí, ya que además el equipo de Magnasco proyecta imágenes en un monitor de alta definición sumergible, con las cuales analiza el comportamiento de los delfines frente a lo que ven.
Si bien todavía resulta imposible entender lo que dicen -no hay que olvidar que hay 60 millones de años de evolución en el medio- la investigación apunta a que en el futuro, podamos comprender algo más sobre el tono y reacciones que utilizan para comunicarse entre sí. ¿Estaremos muy lejos de saberlo?









