Los cuervos son más inteligentes de lo que creíamos, según la ciencia

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Los cuervos han sido relacionados con la muerte y lo sobrenatural durante siglos, pero no se merecen la mala reputación que les hemos dado. Estas aves son tan (o más) inteligentes como un niño pequeño; tienen cerebros muy grandes en proporción al tamaño de sus cuerpos y gracias a este cuentan con la capacidad de utilizar herramientas y reconocer rostros.

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Gracias a la realización de diversos estudios científicos ya sabíamos que los cuervos son uno de los  animales más inteligentes del mundo, pero un nuevo estudio parece mostrar que son todavía más habilidosos de lo que creíamos.

¿Más inteligentes que un niño?

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Sabemos que los cuervos son ingeniosos y que son capaces de pensar a largo plazo. Por eso, muchas veces esconden su comida para más adelante o siguen a otros cuervos para ver sus escondites y robar el alimento del otro. Pero resulta que ese no es el límite al que llega la inteligencia de estas aves. 

Científicos de la Universidad Lund, en Suecia, descubrieron que los cuervos piensan en las recompensas futuras en vez de las satisfacciones a corto plazo. Los investigadores les hicieron hacer una pequeña prueba: les presentaban un bocado y una herramienta con la que podían abrir una caja que contenía comida más apetitosa y, generalmente, elegían la herramienta, incluso cuando aún no tenían la caja. Eso se debía a que, al principio, los investigadores se presentaban con la caja 15 minutos después del primer bocado y así lograron aprender a que esperar tiene sus recompensas

Esta revelación es fascinante porque muchos niños eligen el primer bocado cuando se enfrentan al mismo dilema. Este experimento es llamado « la prueba del malvavisco» y fue desarrollado por científicos de la Universidad de Stanford durante la década de los 60.

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Los niños voluntarios del experimento tuvieron que tomar una decisión compleja: comían un malvavisco en ese momento o esperaban 15 minutos y recibían dos. En el momento que quedaban solos, muchos se abalanzaron sobre el dulce, otros resistieron la tentación un par de minutos y solo algunos pudieron esperar los 15 minutos. 

Sin embargo, eso no es lo único interesante del experimento, lo realmente revelador vino después. El equipo de investigadores siguió a esos niños por más de cuarenta años y descubrió que los niños que esperaron tuvieron más éxito en lo académico y profesional que los que sucumbieron ante el primer malvavisco. 

En conclusión, entonces, los cuervos tienen más  fuerza de voluntad y autocontrol que un niño pequeño enfrentado al mismo conflicto. Ya es hora de que estos bellos plumíferos pierdan su reputación tan negativa y sean reconocidos como los genios que son en verdad.