Por más elitista que pueda leerse, el mundo de las ciencias no es para cualquiera y es un hecho. Años del más duro esfuerzo, madrugadas enteras devorando información y muchos otros obstáculos. La ciencia avanza, cada vez acumulamos más conocimientos, especializaciones, etc., y aunque al final el respeto y el reconocimiento lo vale, no todos terminan con la misma suerte.
Los 5 peores trabajos que tienen los científicos


Por eso es que, con todo el humor que se merece, hoy voy a enseñarte los peores trabajos realizados por científicos, las más terribles tareas que por una u otra razón, algunos miembros de la comunidad científica terminan llevando a cabo en sus trabajos...

5. “Guardacaca”
La paleontología es una rama de la ciencia... bastante peculiar y a menudo el foco de numerosas bromas en el ámbito científico. Quizá esto se debe a investigaciones como la mencionada en este punto. Jim Mead, profesor de paleontología de la East Tennessee State University, trabaja como curador fecal desde la década de los 70, cuando comenzó a guardar las heces de distintas criaturas de años de antigüedad. Con lo que seguramente sea la colección más grande de caca del mundo, entre sus más de 13.000 ejemplos de materia fecal (la mayoría de animales extintos), los científicos han obtenido numerosas muestras de ADN y aprendido muchos sobre los hábitos y la alimentación de dichos animales.

4. Recolector de olores humanos
Ni Dupin ni Holmes habrían imaginado los avances científicos y tecnológicos con los que los detectives de hoy cuentan, de hecho, yo creo que hasta se sentirían un poco frustrados... Una huella, un cabello o el más mínimo descuido del criminal y los científicos se hacen con su ADN, el cual les permite averiguar su identidad de forma inmediata y simplemente ir a buscarle para encerrarlo. En la actualidad, el registro de las huellas, la retina o hasta la voz significa nuestra identificación, y ahora también nuestro olor.
En el Monell Chemical Senses Center de Florida, EEUU, un grupo de científicos liderados por el Dr. George Preti, especialista en química orgánica analítica, se encuentra trabajando en ello y los resultados son muy alentadores, no así el desarrollo de dichos trabajos, pues los científicos han tenido que recolectar olor a axila, boca, orina y otros asquerosos fluidos humanos para analizarlos. Eso no es todo, el análisis de los olores posibilitaron otros descubrimientos, como por ejemplo la detección de ciertos tipos de cáncer, como los melanomas y el carcinoma de ovario.

3. Recolector de tejidos
Muchas personas donan sus cuerpos para que, una vez fallecidos, los expertos puedan remover órganos y tejidos para los que lo van a necesitar: los vivos. Si bien hay partes clave, como un corazón, un pulmón o un riñón, muchísimas otras partes del cuerpo sirven y se necesita personal capacitado para extraerlo antes de que se eche a perder.
Allí es donde entran los recolectores de tejidos, quienes diseccionan cuidadosamente el cuerpo del amable donante, separan parte por parte según utilidad y necesidad, y finalmente guardan la piel y los tejidos del cuerpo. Si bien los técnicos prefieren mantenerse en el anonimato, aseguran que necesariamente debes ser un tipo excéntrico para este trabajo, aunque claro, apenas unos gramos de tejido o un órgano saludable puede salvar hasta unas 50 vidas y en eso es en lo que estos admirables señores se enfocan.

2. Descuartizador de ballenas
Recolectar tejidos de un cadáver humano puede no ser para cualquiera, pero hacerlo desde el cadáver de una ballena...ni hablar. ¿Imaginas tener que extraer los riñones de una ballena azul varada y en descomposición? Pues permíteme contarte que es parte del trabajo de alguien, más precisamente, por ejemplo el de Michelle Berman, quien trabaja como curadora asociada en zoología de vertebrados en el Santa Barbara Museum of Natural History de California y quien tiene todo esto muy claro, asegurando que el riñón de estos animales apenas cabe dentro de la cuchara de una excavadora industrial y pesa cientos de kilogramos.
El trabajo de científicos como la señora Berman implica la cuidadosa descuartización de animales como ballenas para su posterior estudio. Además del gran cuidado que se necesita, es necesario también hacer todo muy rápido y llegar al laboratorio cuanto antes, con el cuerpo en las mejores condiciones para su estudio y posterior análisis. Claro que los accidentes siempre son una posibilidad y entre otras cosas, el pútrido olor del inmenso animal, la sangre hasta las rodillas, la grasa, los aceites y los gases es algo contra lo que hay que lidiar a diario.

1. Glenn Gibson
Bueno, empezamos hablando de caca y hablando de caca terminaremos. Claro, trabajar apesta, apesta siempre, pero si creías que tu trabaja realmente apesta, pues entonces debes recordar que siempre hay alguien que la debe estar pasando peor... o mejor aún, piensa que no estás trabajando con el profesor Glenn Gibson. El señor Gibson es profesor de microbiología en la Universidad de Reading, Inglaterra, quien se especializa en el estudio de un tipo de bacterias en particular: las que viven en los intestinos. Si, el mismo lugar en donde guardas toda esa caca.
Gibson ha logrado grandes avances en el desarrollo de tratamientos médicos contra problemas intestinales como el síndrome de intestino irritable. Su trabajo es realmente admirable, más bien los resultados, pues para desarrollarlos, entre otras cosas, ha tenido que bañarse en fluidos fecales, en unas soluciones compuestas de varios tipos de muestras de materia fecal, examinar cada una, analizar las muestras bacterianas extraídas de allí, etc. En fin, según el propio Gibson, todo el laboratorio huele a heces humanas, el edificio, los alrededores, la ropa, ¡todo!
Para cerrar te dejo con una interesante anécdota que Gibson contó en una oportunidad. Según el profesor, una vez esperaba una serie de varias muestras para investigar y en su lugar, recibió un montón de cajas con chuletas de cerdo. “Solo espero que quien había pedido las chuletas no haya recibido mi pedido”, culmina el gran Gibson.
¿Opiniones? ¿Aún te gustaría ser un gran científico?







