Todos tenemos nuestro lado perezoso, pero esta gente fue el colmo...
Los 10 comportamientos más impresionantemente perezosos de los que se tiene registro en la historia

10. La recopilación del Diccionario Oxford de Ingles

Los recopiladores originales del monumental diccionario, que actualmente tiene más de 22 8000 palabras, empezaron a trabajar en 1879 y 10 años después apenas si habían pasado de la «A». Recién comenzaron a laborar con la «Z» en 1927. Cuando terminaron, la obra necesitaba una revisión total.
9. Ejecución suspendida

Durante la colonización de Virginia en el siglo XVII, el inglés John Smith, primer gobernante de la colonia, fue condenado a la horca, acusado de traición tras un ataque de los indios powhatan. Solo que el día de la ejecución llegaron suministros y los colonos la aplazaron para ponerse a beber. Le perdonaron la vida en medio de la resaca, quizá por pereza de matarlo.
8. Actuación sobre la marcha

No se sabe exactamente si el problema de Richard Sheridan era pereza o falta de inspiración. El 8 de mayo de 1777, día del estreno de su comedia, Escuela para el escándalo, ni siquiera había entregado los primeros manuscritos. Fue un estreno loco. Sheridan escribía y los actores salían de escena a recibir el siguiente diálogo.
7. Pereza criminal

A Ray Brent Marsh se le dañó el horno crematorio en Georgia y en vez de repararlo, decidió enterrar los cadáveres en su propiedad y entregar a las familias montoncitos de hormigón en polvo. Cometió 320 veces el mismo delito y fue condenado a 12 años de prisión.
6. Divorcio aplazado

Se dice que William Lamb, Primer Ministro inglés durante dos periodos en el siglo XIX, era tan perezoso, que solo por dejadez estuvo casado 20 años con su escandalosa esposa Caroline Ponsonby. Fue menor de la reina Victoria y la soberana tenía que llamarle la atención por su descomunal desidia.
5. Terrorista perezoso
El jihadista Abu Ali se reportó al autodenominado «ISIS» y exigió un trabajo de oficina. Sus jefes se rieron de él y le ordenaron ir al frente, pero Alí les agitó en sus narices un pasaje del Corán que dice que un musulmán no puede ser obligado a combatir. Estuvo haraganeando hasta que escapó, temiendo por su vida.
4. ¡Hazlo por mí!

El escritor y guionista de ciencia ficción Douglas Adams, conocido sobre todo por su serie La guía del autoestopista galáctico, tenía fama de perezoso y no le gustaba que lo apremiaran. A mediados de los años 1990 recibió el encargo de escribir Starship Titanic. Comenzó la labor, pero se retrasó por su desgana y al final le pidió a Terry Jones que la terminara.
3. La pereza gana el Nobel

Joseph Stiglitz fue en 1990 a India a visitar a su amigo y colega George Akerlof. Stiglitz retornó olvidando en casa de Akerlof algunas piezas de ropa y le escribió pidiéndole que se las enviara. Akerlof reconoce que, por pereza, se demoró casi un año en enviar el paquete a Stiglitz. Luego reflexionó sobre qué tanta sería la influencia de la desidia en la economía. Ambos compartieron el Premio Nobel en 2001.
2. Discípulo perezoso

Hacia el final de su vida, Buda dijo a su discípulo Ananda que eliminaría los votos de menor importancia en la ordenación, dejando solo los más relevantes. Ananda siempre dejaba para el día siguiente preguntar a su maestro sobre los votos que serían eliminados, hasta que Buda murió. Hoy, millones de seguidores de Buda cumplen con unos votos innecesarios por la pereza de Ananda.
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1. Pereza genial
Se cree que algunas de las célebres invenciones de Leonardo Da Vinci, como el robot, el paracaídas y el equipo de buceo, hay que atribuirlas a su pereza para pintar. Se tomó 15 años en la Mona Lisa y 25 en la Virgen de las Rocas.
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