¡Lleva años viviendo en un crucero! Conoce su historia...

Nos apasionan las crónicas de esos viajeros que, de un modo u otro, son noticia. La elegida de hoy no es otra que Lee Wachtstetter, una anciana millonaria que, con tal de cumplir la voluntad de su difunto marido, decidió establecer su residencia en un crucero de lujo.

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Así es la historia de esta viuda de 86 años que lleva viviendo más de7 a bordo de un crucero, un relato que, además de arrancaros una sonrisa, os hará descubrir que no existen límites de edad a la hora de vivir aventuras a través de los siete mares.

Navega, navega mucho, cariño

Seguramente muchos de vosotros recordaréis la cinta Up de Disney/Pixar, aquella cuyos primeros diez (y emotivos) minutos de metraje presentaban a dos personajes que, tras enamorarse,  evolucionaban juntos, se enfrentaban a los obstáculos de la existencia y, cuando podían, procuraban ahorrar el dinero necesario para viajar a las Cataratas Paraíso. Finalmente, la esposa fallecía y su anciano esposo trataba de cumplir la voluntad de su amada a bordo de una casa tiradas por mil globos. Pues bien, la historia de Lee Wachtstetter no dista demasiado de esta ficción, salvo que, a diferencia de aquella  pareja animada, esta mujer disponía de bastante dinero y su medio de entregarse al mundo ha sido, ni más ni menos, que el crucero de lujo Crystal Serenity.

Su marido, un acaudalado banquero llamado Mason, fue su esposo durante medio siglo y falleció víctima de un cáncer en 1997. Durante sus cincuenta años de casados, Lee y su esposo viajaron a bordo de numerosos cruceros, razón por la que, antes de su último aliento, Mason trató de convencer a su esposa de que no renunciara a ese gran hábito: "No dejes de navegar", me dijo, asegura Lee Watchstetter a bordo del crucero.

Aprovechando la amplia fortuna legada por el banquero, la viuda decidió tomarse al pie de la letra el deseo de su esposo, vendió su residencia de Florida y decidió embarcarse en el crucero Crystal Serenity, línea en la que trabaja una tripulación de 655 personas. 

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Desde hace más de siete años, la viuda (a la que también conocen a bordo como Mama Lee) ha gastado 160 mil dólares anuales entre alojamiento y comida, visitó más de cien países y recorrió los siete mares.

Al haber conocido numerosos lugares junto a su marido, Lee prefiere sustituir algunas de sus salidas al exterior por un mayor disfrute de las instalaciones del barco, incluidos los bailes nocturnos que nunca se pierde. No obstante, confirma el Gran Bazar de Estanbul como su lugar favorito y, mientras el mundo viaja para volver, Lee Wachtstetter vive en él de forma permanente, a pesar de unos hijos y nietos que aún viven en tierra.

La historia de la viuda Lee Wachtstetter nos resulta increíble. También es cierto que no todos somos jubilados ni tenemos cónyuges banqueros pero, no obstante, ahí queda la motivación para romper los límites, dejarse llevar y, especialmente, saber que todo es posible.

¿Qué te ha parecido la historia de esta señora?

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