Libia, el gran país del norte africano, es el lugar ideal para quienes aman el turismo cultural, en ella se encuentran cinco sitios que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad, su bella ciudad capital Trípoli, el Desierto de Sahara, las ciudades de Leptis Magna y Sabratha dejadas por los romanos en el oeste del país y Cirene al este, recordando el paso de los griegos por la zona.
Libia y el turismo cultural

Antiguas ciudades romanas
La antigua Sabratha está situada a 65 kilómetros al oeste de Trípoli. Su historia se remonta a los fenicios, quienes establecieron allí un floreciente puerto comercial hacia el siglo VI a.C. Arribaron más tarde los romanos que le añadieron un teatro, algunas opulentas villas y varios templos.
De la época en que estuvo bajo el poder de Bizancio se conserva aún una basílica cristiana. El Museo de Sabratha tiene en exhibición muchos de los objetos hallados durante las excavaciones, el resto se puede ver en el Museo Nacional de Trípoli.
Leptis Magna fue la ciudad más grande de Roma en el país y sus ruinas son de las que mejor se han conservado en todo el Mar Mediterráneo.
También fundada por fenicios, fue colonizada luego por espartanos, hasta que los romanos la convirtieron en parte de la provincia de África, cerca del año 23 a.C. Conoció al menos cuatro siglos de esplendor hasta que los bereberes llegaron del desierto para saquearla y conseguir que fuera abandonada y olvidada.
Recién a comienzos del siglo XX se la fue descubriendo bajo las arenas y, afortunadamente, muchas de sus edificaciones permanecían intactas: el Arco Triunfal, el Teatro, los Baños Adriánicos, el Circo y una decena más de construcciones admirables.
Playas y desierto
En Trípoli gran parte de su historia transcurre dentro del Castillo Rojo ( Assaraya al-Hamra), levantado sobre un promontorio situado al norte; junto al castillo está el Museo Jamahiriya. El Casco Antiguo, o Medina, es el lugar que más visitantes congrega; aún conserva sus viejas murallas protectoras y las tres puertas por las que se accedía a la ciudad, al oeste la Bab Zanata, al norte la Bab Al-Bahr y al sureste la Bab Hawara.
Es un placer ir al Bazar para deleitarnos con la ropa, las joyas y los artículos de cerámica que allí pueden adquirirse; otro hermoso paseo es el que recorre las más tradicionales mezquitas y también podemos ir al bien cuidado zoológico o tendernos a tomar sol en alguna de sus extensas playas.
El Desierto del Sahara ocupa la mayor parte de Libia y es otro gran recurso turístico gracias a la belleza de sus oasis, sus inmensas dunas, sus altas montañas, sus profundas grutas naturales y la apacible y sencilla vida que nace en él y que puede ser captada en multitud de tomas fotográficas.
Y por último Cirene, en el Valle de Djebel Akhdar, la más importante de las colonias griegas establecidas en esa región, en el siglo VII a.C. y que le diera nombre a la misma, conocida como Cirenaica; era famosa por su arquitectura, por su importante escuela de medicina y por sus academias educativas. El pasado que regresa para que lo conozcamos.
¿Qué les parece el turismo cultural dentro de Libia? ¿Visitarían alguno de estos sitios?







