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Ley Micaela: por qué sería un antes y un después para las mujeres argentinas

Publicado 19 Dic 2018 – 04:11 PM EST | Actualizado 19 Dic 2018 – 04:12 PM EST
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En Argentina, se están viviendo días muy movilizantes para todas las mujeres luego de que la actriz Thelma Fardín, denunciara pública y penalmente que el también actor Juan Darthés, abusó sexualmente de ella cuando tenía 16 años y él 45 durante una gira de la tira infantil Patito Feo.

Su confesión generó que otras voces quieran ser escuchadas y logró una gran reacción social, que forzó al Gobierno nacional a incorporar en la agenda de sesiones extraordinarias una ley que podría cambiar muchísimo la situación para todas las mujeres: la ley Micaela.

La Ley Micaela

Con 171 votos a favor y uno en contra, la ley Micaela obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y pasó al Senado. La misma propone la formación y capacitación obligatoria en materia de género a todos los funcionarios públicos del país.

A través de la creación del Programa Nacional Permanente de Capacitación Institucional en Género y Violencia contra las Mujeres, su objetivo será « capacitar y sensibilizar» a todos los funcionarios de la gestión pública, sin importar jerarquía ni forma de contratación ni el ámbito en el que desempeñe sus funciones. Esto significa que también incluirá a las máximas autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.

¿Por qué se llama Ley Micaela?

Micaela García tenía 21 años cuando fue violada y asesinada en Gueleguay, provincia de Entre Ríos, en abril de 2017 por Sebastián Wagner y con complicidad de Néstor Pavón.

Wagner recibió cadena perpetua y Pavón fue condenado a 5 años de prisión, pero es sumamente necesario recordar que Wagner debía haber estado en prisión en el momento de femicidio, ya que había violado a otras dos mujeres. Sin embargo, un juez le otorgó el beneficio de la libertad condicional.

¿Por qué es necesaria la Ley Micaela?

El proyecto fue presentado a los pocos meses del femicidio de Micaela García, ya que si el juez no hubiese otorgado la libertad condicional a Wagner, el desenlace de Micaela hubiera sido otro. Si nos remetimos a los últimos meses de Argentina, podemos mencionar puntualmente la resolución del femicidio de Lucía Pérez.

La autopsia reveló que Lucía fue víctima de «una agresión sexual infrahumana», que había sido «empalada» y que, producto del dolor, había muerto. Dos años después, la justicia determinó que los femicidas sean absueltos al llegar a la conclusión de que ella murió por su culpa.

El caso de Micaela y el de Lucía son un claro ejemplo sobre la enorme necesidad de que los funcionarios públicos estén capacitados para cumplir sus funciones con perspectiva de género.

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