Las serpientes atemorizan a cualquiera y es muy difícil saber a ciencia cierta cuándo van a atacar. Ahora, una nueva investigación publicada en la revista General and Comparative Endocrinology, sugiere que las serpientes estresadas son las que atacan con más facilidad.
¿Las serpientes estresadas atacan con más facilidad? Mira lo que dice este estudio

Si bien se tiende a pensar que las serpientes atacan tras ser acosadas o en defensa propia, la líder del estudio y profesora de la Universidad Estatal de Penn, Tracy Langkilde, asegura que su investigación prueba que el estrés ocasionado por humanos no incide de forma determinante en la posibilidad de ataque de una serpiente.
La relación entre el estrés y el comportamiento

Para la investigación, Langkilde y sus colegas, capturaron a 32 serpientes silvestres de pantanos, especie conocida científicamente como Agkistrodon piscivorus, que se encuentra en el sureste de Estados Unidos.
El objetivo fue evaluar los niveles de estrés de las serpientes en relación a su comportamiento. Con este fin, las observaron buscando comportamientos defensivos como silbidos, apertura de boca o intento de mordida.
El procedimiento

Los científicos notaron que 11 de las 32 serpientes capturadas intentaron atacar durante la observación. Los investigadores colocaron un tubo de plástico transparente en las cabezas de las serpientes que les impedía morder y extrajeron sangre de sus colas. Entonces, se analizaron los niveles de corticosterona, una hormona que genera picos en el torrente sanguíneo durante el estrés.
Tras las primera extracción de sangre, las serpientes fueron colocadas en un cubo durante 30 minutos, una situación que les genera mucho estrés. Luego se les volvió a hacer un estudio de la hormona, y 7 de las 32 serpientes trataron de atacar.
Comportamiento defensivo

Los investigadores percibieron que cuanto más aumentaba el nivel de corticosterona en la primera extracción de sangre, más probable era que la serpiente tratara de atacar al ser manipulada por un humano. Pero también notaron que el nivel de estrés de la serpiente en general era el factor más determinante en el comportamiento defensivo.
Si bien el estudio no tiene la evidencia para demostrar que la corticosterona elevada causa el comportamiento defensivo, sí establece una relación entre ambas variables que, con futuras investigaciones, podría permitir llegar a conclusiones más certeras.
Queda claro que no somos los únicos que sufrimos estrés y que este puede tener consecuencias en el comportamiento de muchas especies, como se ha descubierto ahora con las serpientes. ¿Te lo imaginabas?
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