Las Pirámides de Giza, donde el desierto cuida de sus reyes

En el Bajo Egipto, donde el gran Río Nilo desemboca en el Mar Mediterráneo formando un importante delta, muy cerca de El Cairo, se hallan la meseta de Giza y los tres templos mortuorios más famosos del mundo entero: Las pirámides de Keops, Kefren y Mikerinos, custodiadas por la no menos conocida y simétrica Esfinge. Ya son íconos de la antigüedad: su majestuosidad y el misterio que las rodea las convierte en uno de los destinos turísticos más concurridos del mundo.

Pieza monumental de arte

La Gran Pirámide, tumba del rey Keops, se eleva a unos ciento cuarenta metros sobre el desierto circundante, siendo declarada una de las siete maravillas del mundo antiguo y la única que hoy sigue en pie de aquellas.

Mientras que muchos pueblos vivían aún en la Edad de Piedra, la riqueza que el Nilo brindaba a las tierras que bañaba con sus aguas dio origen a una de las civilizaciones más admirables de todos los tiempos.

Las bases de las tres pirámides abarcan, en conjunto, algo más de noventa mil metros cuadrados. Son anteriores aún a la Muralla China; en los cuentos de Las mil y una noches ya se hablaba de viajeros que las habían conocido y se dice que el general francés Napoleón Bonaparte arengó a sus soldados recordándoles que cuarenta siglos los contemplaban desde ellas. Vistas desde el aire, se revela su geometría perfecta y se pueden apreciar otras numerosas tumbas de nobles que se construyeron en las cercanías.

Pirámides muy misteriosas

A pesar de que se habla de intervenciones extraterrestres en su diseño y realización, no ha podido demostrarse nada de ello. Sólo nos queda remitirnos a lo que sí ha quedado registrado sobre los trabajos que se realizaron, fueron levantadas mediante la inteligencia y la fuerza unidas. Los astrónomos deben haber determinado los ejes y los arquitectos trazaron los planos correspondientes. Varias decenas de miles de obreros realizaron el trabajo pesado.

A medida que se avanza con las excavaciones se descubren los lugares en los que vivían en las cercanías de la monumental obra en la que estaban enfrascados.

En un principio se pensó que podían haber sido esclavos traídos desde otras tierras. Pero lo más probable, y lo que dejan ver las viviendas y tumbas rescatadas del pasado, es que han sido personas del pueblo, seguramente orgullosos de la tarea que realizaban, debido a la manera en que se veneraba en esa cultura la vida eterna y, además, de trabajar para su rey.

A pesar del calor reinante y la fuerte luminosidad de la luz solar es un viaje emocionante que no podemos dejar de hacer. Suele ocurrir que muchos lo toman como algo inspiracional, otros lo incorporan con un dejo de veneración por la civilización egipcia, otros sólo como un paseo más de los que están acostumbrados a hacer. Lo que sí es cierto es que todos ellos regresarán del impactante lugar con no sólo sus bocas abiertas por la magnitud de lo que han visto, sino también con la mente más abierta por las muchas interrogantes que se nos plantean estando allí.

¿Qué les parecen las Pirámides de Giza? ¿Querrían ir a visitarlas?