¿La violencia en el fútbol uruguayo es reflejo de nuestra sociedad?

No soy de los hinchas fanáticos que siguen a su cuadro, que se les eriza la piel al escuchar el «goool» o que no se pierden un partido y siguen a su cuadro a todos lados.

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No soy así, pero hoy me solidarizo con los hinchas, con los hinchas de verdad que siguen a su cuadro en las buenas y en las malas, que disfrutan un buen partido y sienten emoción al ponerse la camiseta.

Desde hace tiempo ya que el fútbol no es para los hinchas, que cada vez más gente tiene que mirar los partidos por tv, por miedo a no poder contarlo luego.

Los disturbios del clásico pasado dejaron más que claro que hoy el fútbol no se disfruta en familia, el fútbol uruguayo hoy genera violencia, malestar y miedo, muchísimo miedo.

¿Un «éxito»?

En vez de tomar medidas de una vez por todas para solucionar el problema de raíz, más controversia se genera en torno a las medidas de las autoridades frente al fútbol.

Para el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, la actuación policial durante el clásico fue un «éxito». 

Como cita el diario El Observador, para el director de la Policía Nacional, Mario Leyera: «No falló el operativo, simplemente fue excesivo el uso de la violencia por parte de los hinchas (...) nosotros preparamos un operativo suficiente para disminuir absolutamente el daño y por eso estamos reiterando que fue exitoso porque no hubo daños a comercios, no hubo daños a ómnibus, los únicos lastimados fueron policías. En ese sentido, nosotros no ocasionamos un daño mayor", dijo Leyera al diario.

Que no haya habido daños mayores sin duda es algo que tenemos que reconocer, ¿pero tenemos que sentirnos bien con que la policía cumplió con el operativo?

Según lo informado por el Ministerio del Interior, durante el operativo del clásico se detuvieron a 206 personas, 30 menores de edad.

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Las causas de las detenciones fueron disturbios, desorden y desacato, atentados, posesión de drogas y de armas. De esos, 12 mayores y dos menores de edad quedaron a disposición de la Justicia y el resto fue puesto en libertad.

La policía y el gobierno coinciden en que el problema son los hinchas, los «barras bravas» que cada día ejercen más violencia e impiden que los partidos se desarrollen con normalidad.

¿Y el mea culpa del gobierno? ¿Qué tranquilidad le da a los verdaderos hinchas saber que tras lo ocurrido, varios de ellos fueron puestos en libertad?

Los que están a disposición de la Justicia, según informó El Observador, son los que provocaron atentados, daños o lesiones a los policías, los que cometieron rapiñas en la tribuna Ámsterdam, «los casos más graves».

¿Y el resto? ¿Por qué varios de los involucrados en impedir que el partido pudiera jugarse, muchos de los que fomentaron y manifestaron violencia, se van contentos a sus casas?

De acuerdo a Layera, la Justicia resolvió dejar en libertad a la gran mayoría de los detenidos porque no tenían «elementos suficientes».

Opinión pública 

Imagen Getty images

Según una encuesta de opinión pública de Interconsult, la mayoría de los uruguayos (76%) creen que la violencia en el fútbol se ha incrementado en los últimos tiempos. 

Dentro de los factores que ocasionan ese aumento, casi un 40% cree que las barras bravas de los clubes de fútbol son los principales responsables, mientras que otro 12% cree que los dirigentes de fútbol son incitadores a través de las barras bravas.

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La encuesta plantea además que un 15% de los encuestados por Interconsult considera que el fenómeno de la violencia se explica por el aumento delictivo de la sociedad que también se expresa por el deporte.

¿Qué falta?

No hay evidencia suficiente para detener a los que generaron disturbios, y entonces ¿qué hay que hacer? ¿Aumentar las cámaras de seguridad? ¿Poner más policías con medidas más violentas y que el resultado sea aún más triste?

Me solidarizo con los hinchas, los hinchas que disfrutan del fútbol, que solían verlo con amigos o familia, y que se sentían orgullosos de su cuadro en las buenas y en las malas.

Hoy el fútbol no es símbolo de familia, de deporte, de reunión, el fútbol se ha desfigurado, es un medio para pasar drogas, para pasar armas, es la excusa perfecta para la descarga de los violentos que no les importa nada del fútbol y que no sufren las consecuencias. ¿Hasta cuándo?

Más allá de las medidas que son necesarias para controlar esta triste realidad, también es necesario reflexionar sobre la violencia en la sociedad general, ¿la violencia en el fútbol es reflejo de lo que somos como sociedad?

Somos muchos los que nos indignamos ante lo sucedido, ¿pero qué hacemos para contribuir a que la violencia crezca y se vuelva algo que no se pueda frenar?

Renuncio al fútbol

La gente está harta de la violencia en el fútbol y como consecuencia se lanzó una iniciativa que se llama «Renuncio al fútbol».

Se trata de una carta en la que dos amigos de Peñarol y Nacional reflejan su angustia por la delincuencia en el fútbol.

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Guillermo Castañeira y Rodrigo Melián crearon un sitio web para publicar la carta «Viejo, renuncio al fútbol». La carta se ha difundido en las redes bajo el hashtag #renuncioalfutbol.

«Dejar de ir a la cancha es dejar atrás una parte fundamental de mí. Es dejar atrás esos lindos recuerdos de goles gritados hasta perder la garganta en el cemento, es dejar de abrazarse de felicidad hasta con un desconocido, es dejar las noches estrelladas de Libertadores, es dejar un pedazo de vida de lado, Viejo. Porque esta vez llegaron demasiado lejos y yo, no estoy dispuesto a arriesgar mi vida. Por eso, Viejo, hoy renuncio al fútbol».

Hasta ahora la carta lleva la renuncia de 456 hinchas y el sitio invita a que más personas se sumen para que la violencia en el fútbol se termine de una vez por todas. ¿Vos ya firmaste?