La Villa de Zermatt está ubicada a una altitud de 1.620 metros en el Cantón de Valais, al suroeste de Suiza, casi en la frontera con Italia. Descansa a los pies del gran Matterhorn, que según dicen es el monte más fotografiado del mundo y un verdadero ícono de su país.
La Villa alpina de Zermatt


Visitantes de todo el mundo se dan cita allí para disfrutar de esas montañas de más de 4.000 metros de altura y de la bien conocida hospitalidad suiza. Conozcamos un poco más sobre esta villa alpina y sus encantos
Destino turístico para alpinistas y esquiadores
Montañistas de cada rincón del planeta han pasado por Zermatt antes de escalar hasta la ansiada cima, la cual fue conquistada por vez primera en el mes de julio del año 1865, se han contabilizado hasta 37 campamentos a un mismo tiempo intentándolo.
Y también desde allí suben los esquiadores a las más altas pistas de esquí que funcionan durante todo el año. El aire límpido –pues no se permiten transportes con combustibles contaminantes– y el sol brillando a diario hacen que Zermatt parezca un mundo aparte.
El Matterhorn, conocido también como Monte Cervino, con sus 4.478 metros sobre el nivel del mar es una de las maravillas de la creación, formado se calcula que hace cien millones de años atrás. A 3.090 metros de altitud se halla el Gornergrat, un mirador desde el que se tienen unas maravillosas vistas de todo el paisaje de la región y donde se dan cita para hacer escuchar su sonido en todo el valle los Alphorns, instrumentos típicos de la zona semejantes a una larguísima trompeta.
El atractivo de la flora y la fauna
Casi un tercio de los picos alpinos que se sitúan sobre los cuatro mil metros rodean majestuosamente a la villa, algunos de ellos son: el Allalinhorn, el Alphubel, el Balmenhorn, el Bishorn, el Breithorn, el Castor, el Dent Blanche, el Dent d'Hérens, el Dirruhorn y una veintena más, cada uno con sus propias características y encanto particular.
Durante el verano por todo el paisaje podemos ver diseminadas cabras de cuello negro ( blackneck goats), que llaman la atención sobre los verdes prados con su abrigo de lana bicolor.
Con cuatrocientos kilómetros de senderos bien delimitados e identificados se puede disfrutar de la naturaleza en libertad. Dentro de la fauna avistaremos ciervos rojos, ibex, chamois, marmotas y las bellas águilas doradas, mientras que para los botánicos también hay grandes atractivos, pues hallarán a las románticas edelweiss, a las gencianas, a las rosas alpinas y a los tréboles dulces endémicos de esos parajes.
Es cuestión de elegir el calzado adecuado y partir en busca de esos tan preciados tesoros. La belleza de Zermatt jamás terminará de asombrarnos. Por ello, los alpes suizos están entre las 10 atracciones imperdibles de Europa.
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