La Sierra Aracena y la Gruta de las Maravillas

La Gruta de las Maravillas fue creada naturalmente por el agua de un manantial que horadó poco a poco la roca. El inmenso complejo subterráneo está ubicado en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, dentro de la Provincia de Huelva, en el suroeste de España. Su incalculable longitud da cabida a varios lagos y formaciones pétreas y calcáreas.

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La gruta fue descubierta a mediados del siglo XIX pero recién se abrió al público en 1914. Permanece abierta todo el año, con excepción de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Sólo se permite el acceso de mil personas al día y el recorrido demanda alrededor de cincuenta minutos.

La sierra en su esplendor

En la zona existe una extensa red hidrográfica superficial que dirige sus aguas hacia tres cuencas; la occidental desagua en el Río Guadiana, la oriental se vierte en el Río Guadalquivir y la del sur hace lo propio con el Río Odiel.

La flora de la región está conformada por el típico bosque mediterráneo, compuesto por encinas, alcornoques, castaños y robles, con matorrales bajos de coscojas y zarzaparrillas; cerca de los cursos de agua encontramos sauces, fresnos y alisos; numerosas son las variedades de setas, que no sólo dan colorido al bosque sino que enriquecen la gastronomía del lugar (famosa desde ya por sus inmejorables jamones serranos).

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La fauna es de un valor incalculable y el avistamiento de aves (águilas reales, buitres negros y leonados, milanos y cigüeñas entre otros) una de las actividades habituales, aunada al senderismo. Entre los mamíferos las especies más destacadas son los jabalíes serranos, las nutrias, los linces y los ciervos.

Los alrededores de la gruta: Aracena

La hermosa gruta se ha transformado en el emblema de la ciudad de Aracena, que la cuenta dentro de su propio casco urbano. El recorrido turístico se realiza a lo largo de mil doscientos metros divididos en dos niveles; todo allí nos mueve al asombro, la majestuosidad del llamado Gran Salón, la increíble fragilidad de la Cristalería de Dios o las incontables formas redondeadas de la Sala de los Garbanzos.

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El agua que ha formado la bellísima Gruta de las Maravillas se filtra lentamente desde el Cerro del Castillo y ha ido modelando las piedras calizas, que datan del Precámbrico (aproximadamente unos quinientos millones de años), para crear estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas y una enorme variedad más de esculturas naturales que nos dejan atónitos al contemplarlas. Un regalo de la naturaleza, una arquitectura perfecta, una de las tantas obras de arte que no fueron realizadas por el hombre ni nacieron de su ingenio, sino que provienen de un poder superior.

¿Han visitado alguna vez la Gruta de las Maravillas? ¿Qué les parece este maravilloso lugar?