La revolución de las plantas que crecen en el desierto: conoce Sahara Forest Project

Sahara Forest Project es un proyecto que llevó mucho tiempo en ser ideado y ejecutado pero que, el 7 de setiembre de 2017, vio finalmente la luz. En Jordania se instaló una industria de reforestación en zonas inhabitables.  De esta manera, se busca generar agua potable, energía renovable, alimentos y vegetación, además de puestos de trabajos en un lugar rico pero en el que poco se podía realizar.

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¿De qué trata este proyecto?

La mano del ser humano ha calado en todos los lugares del mundo. Pero, ¿por qué no en los desiertos? No solo pueden ayudarnos a los seres humanos, sino que, además, se puede beneficiar a la naturaleza desde allí, pero sin afectar su hábitat. En resumidas cuentas: ganamos todos con proyectos como el Sahara Forest Project.

Según el ministro del clima y el medio ambiente de Noruega —país que invirtió en este proyecto— «Sahara Forest Project demuestra que la aplicación innovadora de la tecnología tiene el potencial de revolucionar nuestros sistemas de uso de la tierra y beneficiar, así, el clima, a las personas y a los negocios».

El proyecto busca, según su página web, « la revegetación de las zonas desérticas y la contribución al desarrollo social mediante la creación de empleos verdes. Queremos lograrlo a través de la producción rentable de alimentos, agua dulce, biocombustibles y electricidad».

Además se busca que este sea tan solo el comienzo de una verdadera revolución del desierto. Jordania es el primer país que, con ayuda internacional, instala un proyecto como este en el desierto. Pero buscan que, a través del ejemplo, otros países se sientan inspirados a actuar, a generar energías renovables y a cuidar el medioambiente.

Los números hablan por sí solos

Según la página web del proyecto, se pretende conseguir hasta 130 mil kilos de vegetales por año, 10 mil litros de agua dulce por día, generar energía solar a través de paneles solares y, también, producir sal a través de los estanques salinos. Todo esto sin intervenir en gran medida en la riqueza natural del desierto.

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«Nuestras actividades deben ser buenas para la gente, deben ser buenas para el medio ambiente y deben ser buenas para los negocios», dijo Hauge, el director ejecutivo del proyecto.

Proyectos como estos nos inspiran a seguir buscando alternativas para mejorar nuestro bienestar, pero sin afectar el medioambiente.