La región de Armagnac, en el suroeste de Francia

Cerca de Los Pirineos, que la separan de España, se encuentra en el suroeste de Francia la bella región histórica de Armagnac (hoy en día ocupando casi la totalidad del departamento de Gers), la que era un condado hacia el siglo X, y que, al devenir la Revolución Francesa, unos siglos más tarde, perdió su condición de tal. Todo el conjunto es un atractivo territorio con suaves y alargadas colinas dispuestas en forma de abanico y corriendo entre ellas asoman pequeños ríos que le otorgan al paisaje aún más encanto; son ellos el Adour, el Arros, el Doz, el Bes, el Gelis, el Gimone y el Arrats.

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Donde nace el vino

Un excelente clima a lo largo de todo el año, con suaves temperaturas aunque hay ligeras nevadas ocasionales durante el invierno, la profusión de bosques caducifolios de chopos y robles sobre las cimas de las colinas y las laderas cubiertas de viñedos que dan origen a los renombrados vinos de la zona, consiguen una conjunción perfecta para que los visitantes se sientan atraídos de inmediato por el entorno.

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En la parte del Bajo Armagnac, en las tierras que rodean al Castillo de Ravignan, construido en el año 1663, ya llevan trescientos años cosechando incomparables racimos de uvas que producen verdaderos elixires que son guardados en cubas de madera de roble (en su interior consiguen el aroma, color y sabor característicos definitivos) obtenida de la misma región. Destilando un vino blanco, obtenido a partir de la unión de cuatro cepas distintas ( ugni blanca, baco 22 A, colombard y folle blanche), se creó el exquisito brandy que lleva el nombre del antiguo condado.

Tierras ricas y productivas

Tres tierras con tres composiciones diferentes, las del Bajo Armagnac, las del Armagnac-Tènaréze y las del Alto Amangnac, concordaron en que la mezcla en forma de vino o de aguardiente lograda mezclando productos de ellas obtiene la denominación de Armagnac. Un dato interesante para conocer es que las botellas de Armagnac deben ser conservadas en posición vertical para evitar el contacto del líquido con el corcho.

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Son varios los establecimientos que abren sus puertas para degustaciones y el turismo acude con mucho entusiasmo a ellas, porque puede apreciar al mismo tiempo las magníficas construcciones ya que muchas de las bodegas utilizan los antiguos castillos de la Aquitania heredados de sus ancestros. Hay además casas rurales que brindan hospedaje a los visitantes; la comida de la región es deliciosa y viene acompañada, no sólo por un tentador y crocante pan recién horneado, sino también con los productos vitivinícolas que son el orgullo de esa inigualable parte de Francia.

¿Conocían Armagnac? ¿Qué les parece este sitio?