En las últimas semanas y de manera sorpresiva, Estados Unidos se convirtió en el centro de la pandemia por coronavirus (COVID-19). El número de casos confirmados superó rápidamente a otros países, incluido China.
La reapertura de negocios en EE.UU sacó a relucir el mayor temor de la ciudadanía



Aunque en algunos lugares parece que el pico de contagios ya pasó, en otros estados lo peor está por venir. La explicación tras ello es que algunos gobiernos comenzaron a relajar las medidas de distanciamiento social.

En las últimas semanas, las autoridades sanitarias del país y de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido que el regreso rápido y no escalonado a las actividades rutinarias, podría traer una nueva ola de contagios.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha instado a gobernadores a reabrir los negocios, por lo que alrededor de la mitad de los estados, ya abrieron restaurantes, bares, gimnasios, parques o playas.

No obstante, en los primeros días de reapertura, Texas, Georgia, Florida, y otros estados más registraron aumentos en sus casos de coronavirus.
Por ejemplo, Texas registró el número más alto de muertes por coronavirus (50 en un día) el pasado 1° de mayo, cuando empezó su reapertura.

Por su parte, en Florida este martes se registraron más de 540 nuevos casos confirmados de coronavirus.
En el caso de Georgia, el mismo día que el gobernador Brian Kemp levantó su orden de quedarse en casa, hubo más de mil casos nuevos de coronavirus.

Aunque algunos de estos datos no muestran relación directa entre la reapertura y el aumento de casos de coronavirus, sí representan métricas contundentes para considerar que el regreso a la normalidad se debe hacer de manera paulatina, siempre bajo estándares científicos y nunca con yugo político.
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