La política causa depresión: ¿cómo puedes evitar caer en sus garras?

¡Vaya problema la política! Estamos inmersos en un mundo político. Somos personas políticas. Cada esfera de nuestra vida está vinculada a la política (algunas más, otras menos). Es por ese motivo que resulta tan difícil alejarnos de ella cuando nos hace mal. Incluso, es muy difícil que no nos afecte.

En la Universidad me topé con un libro que decía lo siguiente -palabras más, palabras menos-: «El pueblo estará siempre disconforme con el gobierno de turno porque nunca se podrán satisfacer los deseos y necesidades de todos». Y quizá sea ese el problema: todos nuestros malestares no los podrá solucionar ese presidente, ese partido y ese gobierno de turno. Incluso, es probable que nunca se atienda ese problema que tenemos o que los políticos entiendan que x problema debe ser tratado de otra manera y que el «perjudicado» seas tú.

Es casi imposible que nos sintamos satisfechos con la política. Si bien en algunos aspectos puede hacernos bien, en muchos otros no. La política sí causa depresión. Es difícil alejarnos de ella. Diría que no es posible ser ajeno a lo que pasa en ese ámbito de nuestra vida, de nuestra sociedad y de nuestro país. Pero lo que sí se puede hacer es evitar que la política no esté «hasta en la sopa».

La política, parte de nuestra vida

Según Arthur C. Brooks, experto en ciencias sociales y en temas sobre la felicidad, aquellas personas que están muy interesadas en la política tienen más probabilidad de ser infelices. ¿Por qué? Porque creemos que la política tiene un gran impacto en la vida de uno (algo que considero real).

Es normal que, por ejemplo, si eres inmigrante en Estados Unidos, te sientas influenciado por la resolución de Donald Trump. No obstante, hay otro tipo de decisiones políticas que no deberían deprimirnos, pero al estar tan inmersos en ese mundo las sentimos como «propias». El efecto es mayor cuando estamos tan atentos. Esa < > de que todas las políticas pueden afectarnos genera, según Books «una infelicidad innecesaria».

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Cómo evitarla

Como periodista, como lectora de noticias y como fiel seguidora de la política, creo que es imposible evitar al 100% la política. Es parte de nuestra vida. Pero lo cierto es que, en cierta medida, podemos evitar que su injerencia en nosotros sea tan negativa.

Para lograrlo deberíamos tener en cuenta algunos consejos:

• La doctora en psicología, Margaret Wehrenberg, quien está especializada en técnicas para manejar la depresión, aconseja dejar de pensar tanto en lo que no es y en lo que los políticos no hacen para enfocarse en lo positivo, en las políticas que aportan algo bueno a la sociedad.
• Además, es importante tomar una postura proactiva frente a las cosas que no nos gustan. Es decir, militar. Esa es la forma más sencilla de actuar y de generar algo bueno para la sociedad.
• No estar todo el día pendiente de las noticias. Es bueno informarse, pero al menos una vez el día intenta desconectarte de todo lo que es noticia. A veces, recibir tanta información (sobre todo, negativa), conduce irremediablemente a la depresión.

Vivimos en un mundo político. Somos seres políticos. Pero está en nosotros hacer la diferencia: podemos actuar y, también, podemos poner paños fríos a la situación. Es importante vencer a nuestro ego (sí, todos lo tenemos). Un gobierno no puede cumplir todos nuestros deseos, inquietudes, problemas. Si pretendemos eso, lamentablemente, seremos víctimas de la depresión.

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