Las armas biológicas son extremadamente peligrosas y muy difíciles de controlar una vez que han sido utilizadas, no por nada están prohibidas por tratados internacionales, pero en la Unión Soviética se trabajó con ellas durante mucho tiempo.
La perturbadora verdad detrás del misterioso accidente con esta peligrosa arma biológica de la era soviética

En plena Guerra Fría con Estados Unidos, los soviéticos no solo buscaban poder nuclear, se sabe que trabajaron con gran variedad de virus y bacterias, aunque un accidente en laboratorio que mató a más de 60 personas seguía siendo un misterio que los científicos acaban de develar...
- Ver también: «Armas biológicas: una amenaza latente»
Científicos identifican el arma biológica que se les salió de control a los soviéticos

Entre 1922 y 1991, la Unión Soviética fue una de las mayores potencias mundiales en constante conflicto con Estados Unidos y si bien no llegaron a una guerra física, protagonizaron uno de los períodos más tensos del siglo XX en lo que se conoció como Guerra Fría.
Ambos países estaban siempre listos para atacar y la gran preocupación eran las armas nucleares, pero los científicos soviéticos también tenían un programa bastante avanzado para el desarrollo de armas biológicas.
En 1979, la ciudad de Ekaterimburgo, en la zona central de lo que hoy es Rusia, fue escenario de un gran desastre biológico. De forma misteriosa, sus habitante comenzaron a presentar casos de ántrax y al menos 66 personas murieron. Por más que el régimen trató de ocultar lo ocurrido, la historia logró superar el hermético silencio soviético.
Si bien existían sospechas acerca de qué estaban haciendo los soviéticos con el ántrax, los científicos creían que el desastre se dio con una variación experimental del llamado Bacillus anthracis, ahora por fin tenemos una respuesta y es más aterradora de lo que se creía.
Compound 19, el reservorio del ántrax más peligroso del mundo

El uso de armas biológicas está prohibido desde 1975 a través de un tratado internacional, pero eso no detuvo su desarrollo y utilización y los soviéticos creían tener en el Bacillus anthracis, la bacteria ideal.
Científicos norteamericanos lograron analizar el genoma de la bacteria liberada en el accidente de Ekaterimburgo en 1979 y, pese a que esperaban encontrarse con una variedad genéticamente modificada, lo que hallaron era aún más macabro.
Este cultivo de bacterias que se hallaba en un laboratorio secreto subterráneo conocido Compound 19, era en realidad la fuente natural de un tipo de ántrax extremadamente peligroso y que se utilizaba en los experimentos con una tasa de mortalidad que alcanza el 90 %, una especie de reserva que se utilizaba para materia prima para su estudio y elaboración de armas biológicas letales.

El Bacillus anthracis se contagia a través de esporas que entran al sistema respiratorio, comiendo alimentos contagiados o por heridas abiertas y, en el caso del episodio de Ekaterimburgo, esta peligrosa variedad escapó por accidente, siendo el brote de ántrax más grande y mortal de la historia.
Si bien este laboratorio habría cerrado, el año pasado hubo otros casos mortales, esta vez en Siberia y que compartían el mismo tipo de ántrax el cual es resistente a vacunas y tratamientos siendo un arma ideal para los bioterroristas.
Un capítulo de la Guerra Fría que por fin tiene explicación y además un hallazgo para que los científicos puedan identificar mediante el análisis genético la presencia de este tipo de Bacillus anthracis en todo el mundo, tomando así las medidas necesarias de protección en tiempos en que las armas biológicas y químicas siguen estando en uso.
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