La Península de Kamchatka, en Rusia

Cuando pensamos en un lugar frío dentro del planeta, tal vez vengan a nuestra mente Alaska, Groenlandia y por qué no Rusia. Pero una sorpresa turística nos aguarda en esta última, más precisamente en la Península de Kamchatka, donde se puede disfrutar de unas bellas y muy entretenidas vacaciones. Desde Moscú hay vuelos regulares hasta Petropavlosk, capital de la provincia de Kamchatka.

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La cálida nieve

Enmarcado por inmensas montañas, sobre el Océano Pacífico, en la porción más oriental de Rusia, nos encontramos con un bellísimo territorio en el que se puede practicar senderismo, hacer rafting en los rápidos de sus caudalosos y veloces ríos (como el Bystraya, donde también se pesca); caminar por el Valle de los Géiseres, donde veinte de ellos nos aguardan para maravillarnos,  cada uno con su nombre propio, que debe a la característica que posee. Así el Velican es gigantesco, el Konus tiene forma cónica, el Shemchuzny es de apariencia nacarada, el Fontan semeja una fuente, el Bolshoy es grande y el Maly pequeño.

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Una increíble experiencia es la de sobrevolar en helicóptero la cumbre misma de los espectaculares volcanes de la península ( Avachinsky, Karymsky, Mutnovsky, Semlyachik, Koryaksky y Gorely), el más alto de 2.749 metros y el más bajo de 1.560) o llegar hasta lo más alto haciendo trekking; desde la cima del Avachinsky se contemplan  el valle del Río Avacha y otros tres volcanes hacia el sur, el valle del Río Naychevo y el volcán Dzenzur hacia el norte y el Koryak hacia el oeste. Un contacto extremo con la naturaleza que difícilmente podríamos encontrar en otro lugar del planeta.

Maravillosos y originales paseos

En esta apartada parte de Rusia conoceremos y disfrutaremos de sus tradiciones y del folklore regional. También visitaremos a los osos pardos en su propio hábitat  mientras las raudas águilas de Stellar planean sobre nuestras cabezas, recogeremos setas y comeremos pescado fresco. Hay un centro de aguas termales, hotel y albergues para hospedarnos, pero también cálidos y acogedores hogares que abren sus puertas a los visitantes. Otra alternativa son los lugares para acampar, al resguardo sólo del límpido cielo estrellado.

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Desde la Bahía de Avacha, sobre el Pacífico, navegaremos hasta la Isla Starichkov y observaremos a los delfines y a las gigantescas ballenas en las frías aguas; por tierra podemos llegar hasta la alta cascada, de casi cien metros, de la barranca Opasny. Para quienes gusten de la espeleología, nada más placentero que adentrarse, bajo el volcán Mutnovsky, en el gran túnel de hielo de casi un kilómetro de largo que hará que sus ojos queden maravillados y su corazón palpitante por la imponente belleza del lugar. Vacaciones en el frío no tienen porqué ser solamente esquiar, un paseo por Kamchatka nos dará también emociones extremas pero con mucha más adrenalina.

¿Conocían la Pensínsula de Kamchatka? ¿Les gustaría recorrer el sitio?

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