La paz mundial y las mil grullas: la triste historia de Sadako Sasaki
En Japón existe la creencia de que doblando mil grullas de papel se te concede un deseo. Sadako Sasaki era una niña japonesa que resultó afectada por la bomba atómica de Hiroshima, desarrollando leucemia en 1955. Durante su período en el hospital dobló cientos de grullas con todos los papeles que llegaban a sus manos.
En esa época era difícil, porque había escasez de este material, así que usaba cajas de medicamentos y hojas que ya no servían. Su sueño era lograr la paz mundial y conseguir curarse, así como el resto de los afectados por la guerra.
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¿Cuántas grullas logró doblar?
En total dobló 1300 grullas, pero falleció a los 12 años, antes de completar la segunda tanda. Sus amigos y conocidos juntaron dinero para hacerle un memorial que aún sigue en pie. En él podemos verla con una grulla en la mano, como homenaje a la niña, pero también a todos los afectados por la bomba atómica. Al pie del monumento se puede leer: «Este es nuestro llanto. Esta es nuestra plegaria. Paz en el mundo».
En 1990 el pacifista Floyd Schmoe construyó una estatua de Sadako que aún permanece en Seattle. Algunas de las grullas originales hechas por la niña están en museos o memoriales como el de Hawái, donde se espera que sea un símbolo de la paz entre Estados Unidos y Japón.
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Su historia
Su hermano, Masahiro Sasaki, es hoy en día un embajador de la paz. Algunas de las grullas originales están en sus manos y espera poder donarlas a diferentes países como recordatorio de lo que no debe pasar nuevamente. Cuando sucedió la explosión, Masahiro tenía cuatro años y Sadako solamente dos. Mientras desayunaban dentro de su casa, el impacto los obligó a cubrirse sin previo aviso, pero Sadako terminó de alguna manera en el jardín, con la ropa hecha jirones, pero sin heridas.
Decidieron esconderse bajo un puente, aunque la situación no era buena, dado que había cuerpos flotando en el agua y personas con la piel quemada caminando sin rumbo fijo. Encontraron un refugio luego de navegar por cuatro horas con un amigo que encontraron por casualidad. Tardaron años en recuperar el mismo ritmo de vida, pero un poco antes de cumplirse los diez años de la bomba, a Sadako le diagnosticaron leucemia causada por la radiación.
Hoy en día la grulla es un símbolo de paz mundialmente reconocido. Si hablamos de origami, claramente es la figura que más recordamos. La historia de Sadako sigue recorriendo los continentes, siendo también un recuerdo de uno de los momentos más tristes de la humanidad.
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