La resistencia a los antibióticos, la necesidad de migración masiva y el cambio climático, serán los principales causantes de la próxima gran pandemia en la Tierra, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS advierte de una pandemia que mataría a 80 millones de personas si no hacemos algo

En conjunto con el Banco Mundial y la Junta de Monitoreo de Preparación Global (GPMB, por sus siglas en inglés), la OMS participó en el primer reporte de A World At Risk, donde más de 15 especialistas internacionales citan las principales preocupaciones en materia de salubridad para cada continente.

Si bien cada región posee sus propias enfermedades predominantes, Tedros Adhanom Ghebreyesus —presidente de la OMS— advirtió de una sola que debe alarmar con urgencia a todos: la evolución del virus de la influenza:
«La pregunta no es si tendremos otra pandemia de gripe, eso es un hecho. La pregunta es cuándo llegará».

Durante la presentación de la nueva Estrategia Mundial contra la Influenza 2019-2030, Adhanom Ghebreyesus especificó por qué la gripe no puede ser erradicada en el corto o mediano plazo, sino que por el contrario, el virus llegará a ser más letal:
«Estamos en riesgo continuo de que un nuevo virus (de influenza) pueda alojarse tanto en animales como humanos. Los mandatarios no están preparados para enfrentar una crisis de tal magnitud, casi todos tienen la tendencia de actuar hasta que el pánico es notorio en la población. Deben saber que la pandemia que se aproxima afectará todos los ámbitos».

Secundando a las advertencias de Adhanom Ghebreyesus, el reporte A World At Risk 2019, prevé un brote viral de influenza que podría matar entre 50 y 80 millones de personas. Lo anterior ocurriría en menos de 36 horas y repercutiría casi en el 5 % de la economía mundial.
La cifra es un cálculo aproximado, el reporte toma como premisa los datos duros que dejó la pandemia de gripe española —aquella que causó la muerte a 50 millones de personas en 1918—. Además, considera en la estadística, nuevos conteos de población a nivel mundial.

Sin importar el número de vacunas existentes y las medidas usuales de prevención, la GPMB admite que las enfermedades virales son cada vez más difíciles de manejar.
Los factores para que esto ocurra son diversos según el continente, pero las estadísticas coinciden en varios aspectos: rechazo voluntario de vacunas, emergencias políticas que detonan en migración masiva y comprobada resistencia a los antibióticos que están desarrollando los humanos (para 2050, se estima que este factor costará unas 10 millones de vidas).

El cambio climático es otra señal preocupante para que la pandemia emerja: cada vez habrá temperaturas más altas, menos agua, más animales enfermos y miles de ambientes propensos a alojar múltiples virus por largo tiempo. La trasmisión a los humanos será inevitable.

Los responsables del estudio, calificaron como "sumamente escasos" los esfuerzos actuales de los gobiernos por mantenerse preparados para la catástrofe en materia de salud, aún teniendo antecedentes como la gripe aviar de 2008 o el brote de Ébola de 2014.
El informe concluye con un llamado de urgencia a nivel global. Invertir en salud pública y en garantías básicas de atención médica, debe ser prioridad para todos los países.

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