La mística ciudad de Belén se encuentra a tan sólo diez kilómetros al sur de Jerusalén, dentro del Estado de Palestina; en la zona montañosa de Judea a una altura de casi ochocientos metros sobre el nivel del mar. Extrañamente tiene forma de semicírculo, al oeste limita con el pueblo de Beit Jala y al este con el de Beit Sahour, al norte con la Villa de Sur Bahir y al sur con las conocidas Piscinas del Rey Salomón y las villas de al-Khader y Artas.
La mística ciudad de Belén

Miles de años de historia
Tres mil años antes del nacimiento de Cristo ya había en el lugar asentamientos de tribus canaanitas, que protegían sus pequeños pueblos rodeándolos de murallas. Uno de esos pueblos llamado Beit Lahama es hoy Belén, o Bethlehem, nombre que deriva de Lahmo, que era el antiguo dios caldeo de la fertilidad, adoptado por los canaanitas como Lahama, para quien levantaron un templo en la cima del Monte de la Natividad desde el que se puede contemplar la totalidad de los fértiles valles de la región.

La ciudad de Belén protege una preciosa herencia, antiguas iglesias, conventos, casas centenarias, muchas de los siglos XVI y XVII, de la época en que estuvo bajo el poder de Bizancio, o del Islam, o de los cruzados, de los turcos y también de los británicos. Monumentos de cada uno de esos períodos aún pueden ser visitados y vemos la arquitectura europea mezclarse con la de Palestina dándole un aspecto distinto al de cualquier otra ciudad.
El lugar donde nació Jesús
Guarda para varias religiones un significado profundo, es el lugar del nacimiento de Jesús, según relatan los Evangelios y en ella también nació y fue coronado el Rey David, de quien nos habla la Biblia, diez siglos antes que el Mesías. El emperador de Bizancio, Constantino el Grande, ordenó que se erigiera en el lugar en el que se supone había nacido el Niño, la gran Basílica de la Natividad, que es hoy en día el lugar que más visitantes recibe. Le sigue en popularidad la hermosa Mezquita de Omar.

En Belén hay más de treinta hoteles que cuentan con todas las comodidades para que el turista se sienta como en su propia casa, desde ellos mismos se contratan los tours para visitar los diferentes lugares históricos y una vez en ellos guías que dominan varios idiomas nos darán las indicaciones necesarias para que nada nos quede sin ver o recorrer. Sin duda una tierra elegida, basta sólo pensar en los acontecimientos que allí se desarrollaron para que algo en nuestro interior se conmueva; no es un paseo más, es una visita muy especial que deja huellas hasta en el espíritu más templado.
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