La maravillosa Milos está en el no menos maravilloso Mar Egeo, en Grecia. Es una isla de origen volcánico que tiene una superficie de apenas un poco más de 160 kilómetros cuadrados y es la que se ubica más al sudoeste de todas las Cícladas, archipiélago al que pertenece; su punto más alto, el Monte Profeta Elías, alcanza los 748 metros sobre el nivel del mar.
La maravillosa Milos

En ella fue encontrada la estatua (a la que le faltan los brazos) de la diosa Afrodita que se conoce como Venus de Milo. Dentro de su jurisdicción se hallan también las islas de Antimilos y Akradies.
Una isla productiva
Desde la más remota antigüedad se extrajo de ella obsidiana y se exportaba incluso hasta los lugares más lejanos, ello sumado a su estratégica ubicación entre la Grecia continental y la Isla de Creta la convirtió en uno de los puntos sobresalientes de la civilización egea.
Al arribar la Edad del Bronce las armas comienzan a fabricarse con ese nuevo material y su auge comienza a decaer. Pero es de esa época el Palacio de Phylakopi con los hermosos y coloridos frescos que adornan sus paredes y parecen provenir de la mano de un artista cretense que tal vez viajara hasta allí para su realización a pedido de alguien encumbrado.
Se hallaron artefactos de tres períodos diferentes que precedieron la Edad Micénica de Grecia; muchas piezas de alfarería con un estilo particular, decoradas mayormente con flores y también grandes depósitos de obsidiana que datan de la ocupación fenicia de Milos.
De la época dórica hay altos vasos (floreros) decorados con temas mitológicos y orientales y bajorrelieves en terracota. Es en esta bella isla que nació, en el año 1556, el pintor que legó al mundo obras de incalculable belleza, Antonio Vassilacchi, más conocido como El Greco.
El puerto, la bahía y sus playas
El puerto natural que posee no es más que el hueco de un cráter volcánico que separa la isla en dos partes bastante proporcionadas; en una de las cuevas de la costa sur se siente aún el calor del volcán y en la playa este del puerto hay manantiales sulfurosos.
Entre las ruinas de importancia que han sido sacadas a la luz están un anfiteatro romano y otros edificios decorados con finos mosaicos; las estatuas encontradas de Afrodita, Asclepios, Poseidón y Apolo han sido diseminadas por sendos museos del mundo.
Milos posee alrededor de setenta bellísimas playas; Hivadolimni, en el área de la bahía, es la más extensa con un kilómetro de longitud; una de las más llamativas es Sarakiniko, en el norte, con sus indescriptibles rocas blancas; otras son Tsigrado, al sur; Pollonia y Areti también en el norte; al oeste están Agios Ioannis y Agathia y al este Thalassa y Paliorema.
Por todas partes hay altos cipreses y olivos; entre los cultivos los naranjos y las vides llenan nuestra vista de una paz que se prolonga al ver el mar confundirse en un mismo tono celeste con el cielo del Mediterráneo.
¿Han visitado alguna vez la isla de Milos? ¿Qué les parece este lugar de Grecia?







