La leche del demonio de Tasmania es un antibacterial y hasta podría ayudar en el tratamiento del cáncer

El demonio de tasmania es un pequeño marsupial que vive en Australia y que está en peligro de extinción. Pese a su nombre esta criatura podría convertirse en un verdadero ángel para los humanos.

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Científicos australianos analizaron la leche del demonio de tasmania y descubrieron que tiene grandes propiedades medicinales como por ejemplo destruir bacterias peligrosas y hasta ayudar en el tratamiento del cáncer.

Leche del demonio de tasmania sería beneficiosa para el tratamiento de enfermedades

Lo conocemos como demonio de tasmania, pero su nombre real es Sarcophilus harrisii, un marsupial carnívoro bastante hábil y que, como otros mamíferos, produce leche para alimentar a sus crías. 

Investigadores de la Universidad de Sidney descubrieron que la leche producida por los demonios de tasmania tiene una serie de propiedades beneficiosas siendo la más importante la de atacar y destruir bacterias que son resistentes a los antibióticos y otros tratamientos existentes.

Entre los microbios causantes de enfermedades que pueden ser destruidos por la leche de los Sarcophilus harrisii están los peligrosos  estafilococo MRSA, VRE e incluso componentes de hongos que son peligrosos para los humanos.

¿Qué hace superpoderosa a la leche de los demonios de tasmania?

Imagen Thinkstock

Según los científicos australianos, la leche de los demonios de tasmania posee un péptido especial llamado catelicidina formado moléculas por la unión de aminoácidos y que tendría importantes efectos antimicrobianos.

Pero este elemento que ayudaría a desarrollar tratamientos para humanos también sería la causa por la que los demonios de tasmania que aún reciben leche materna no han sucumbido al cáncer facial que mató a cerca del 80 % de los adultos de la especie en los últimos 20 años.

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Los investigadores están analizando el genoma de la leche del demonio de tasmania y también otros marsupiales como por ejemplo el Koala, ya que su leche también poseería péptidos el tipo catelicidina.

Si se logra extraer su estructura genética será posible replicar este péptido en laboratorio y estudiar cómo podría ser beneficioso en el tratamiento de enfermedades infecciosas en humanos y que no responden a antibióticos u otras terapias al haberse mutado.

Pero el trabajo de los científicos no solo sería para beneficio de los humanos, ya que pretenden aprovechar ese efecto protector contra los tumores faciales que están matando a los demonios de tasmania desarrollando una vacuna que impida su desaparición.