En la riviera liguria italiana, se encuentran los pueblos conocidos como Cinque Terre, que son Patrimonio de la Humanidad desde 1997.
La irónica realidad que enfrenta Cinque Terre

La zona costera está formada por los municipios de Monterosso, Corniglia, Vernazza, Manarola y Riomaggiore y situada en la provincia de La Spezia, en Liguria. Gracias a su pintoresco y peculiar paisaje, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Irónicamente, estos pueblos dependen enteramente del turismo hoy en día, pero la única forma de preservar la zona es limitando la entrada de turistas a la mitad.
A esta pequeña zona de la costa italiana, llegan más de dos millones y medio de visitantes por año. Son grupos de cruceristas y turistas que invaden los pueblos en la temporada alta.
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Un cambio necesario
Pero ahora las autoridades italianas han tenido que hacer algo para poder preservar este patrimonio, por lo que reducirán drásticamente la entrada de turismo, poniendo un límite concreto.
Se estima que la cifra será de un máximo de un millón y medio de visitantes por año, una medida que alterará no solo el flujo de visitantes sino también el ingreso de estos pueblos pesqueros.
Para poder alcanzar este fin, las carreteras que conducen a la zona están siendo equipadas con dispositivos que permitan medir el número de personas que entren a los pueblos, una vez se cumpla el número de visitantes, se cerrará el acceso.
Para poder visitar la zona, se venderán los billetes a través de una aplicación creada para los turistas que les permitirá ver qué pueblos están más congestionados en determinado momento.
Esperemos que controlando mejor el turismo y evitando la entrada masiva, se pueda preservar y disfrutar de este maravilloso lugar por más tiempo.
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