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La increíble historia de Patty Hearst y el síndrome Estocolmo

Publicado 24 Ago 2014 – 05:00 PM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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El síndrome de Estocolmo es un proceso psicológico que experimentan algunas víctimas de secuestros o toma de rehenes. Consiste en la generación de vínculos afectivos o de empatía entre la víctima y el secuestrador.

Síndrome de Estocolmo

Este fenómeno se popularizó con el nombre de síndrome de Estocolmo luego del asalto al Banco de Crédito, en Suecia, en 1973. En ésta oportunidad, el asaltante  Erik Olsson, tomó cuatro rehenes mientras negociaba con la policía la liberación de uno de sus compañeros de prisión, durante un total de cinco días.

Tras su liberación, todos los rehenes sostuvieron que no se sentían realmente amenazados por sus captores, que confiaban en ellos. De hecho, afirmaron que habían temido más a la actitud de los policías.

Según una investigación llevada a cabo por el FBI en 2007, el proceso tiene tres principales características. En primer lugar; las víctimas desarrollan sentimientos positivos por sus captores, en segundo; demuestran miedo y desconfianza de las autoridades policiales, y por último; los secuestradores también desarrollan empatía con sus víctimas.

¿Qué tan frecuente es este fenómeno?

Según la base de datos del FBI, en un 73 % de los casos de secuestros o toma de rehenes, no se constatan signos de este síndrome. Y cuando sí se constatan esos sentimientos de empatía entre la víctima y el victimario, los mismos suelen ser preexistentes (dada la elevada tasa de secuestros de naturaleza doméstica en Estados Unidos), por lo tanto no correspondería atribuirlos a este síndrome.

El caso de Patricia Hearst

En febrero de 1974, Patricia Hearst  fue secuestrada a sus 19 años de edad. Hearst era entonces la heredera del imperio de los medios de comunicación de su abuelo William Randolph Hearst. Los secuestradores eran parte de un grupo revolucionario de izquierda estadounidense llamado Ejército Simbiótico de Liberación (SLA por sus siglas en inglés).

Los secuestradores exigieron a la familia que donaran comida para los más necesitados, por un valor aproximado de 70 dólares por persona. El padre de Patricia Hearst donó cerca de 6 millones de dólares, pero no fue suficiente y el SLA no liberó a la víctima.

Tan sólo dos meses después del secuestro, Patricia se había unido al SLA y había protagonizado el asalto al banco Hibernia de San Francisco. Al momento que se confirmó su participación en el robo, se emitió la orden Federal para su captura y fue arrestada en septiembre de 1975.

Durante el juicio, que comenzó en febrero del siguiente año,  Hearst alegó que padecía el  síndrome de Estocolmo, aunque no testificó en contra de ninguno de sus compañeros del SLA. Su alegato fue rechazado, ella fue juzgada como culpable y condenada a siete años de prisión.

En febrero de 1979, el entonces presidente Jimmy Carter absolvió la pena y Patricia Hearst fue liberada tan sólo con 22 meses de prisión. Posteriormente, en su último día de presidencia (20 enero del 2001),  Bill Clinton le otorgó a Patty Hearst perdón completo

El caso tomó mucha notoriedad por tratarse de la nieta de un gran empresario de los medios de comunicación. Se vio involucrada gran parte de la comunidad política y sin duda, esto debe haber influido mucho en la condena que recibió, así como en su posterior liberación.

Es posible que si Patricia Hearst no hubiese sido quién es, su suerte habría sido otra. Casos como éstos ponen arriba de la mesa la polémica sobre la autonomía de la Justicia respecto a la política partidaria y el poder económico.  

¿Conocías el caso de Patty Hearst? ¿Qué opinas sobre el síndrome de Estocolmo? ¿Crees que está bien que se haya absuelto de culpa a Patty Hearst?

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