La Île Sainte-Marie, Isla Santa María en idioma castellano o Nosy Boraha como la llaman los nativos malgaches, está ubicada frente a la costa noreste de la gran Isla de Madagascar y pertenece a la antigua región de Analanjirofo; fue descubierta en el Día de la Asunción, en el año 1506, por navegantes portugueses que por ese motivo de dieron el nombre de la Virgen.
La Île Sainte-Marie, sus ballenas y sus piratas


Los piratas del Indico
Su ciudad principal es Ambodifotatra y en ella está la iglesia más antigua de todo Madagascar, la Iglesia de Sainte-Marie, construida en 1857. La bella isla posee una longitud de cincuenta kilómetros y un ancho promedio de cinco. El Aeropuerto Ravoraha está al sur y los hoteles más prestigiosos se hallan entre él y Ambodifotatra.
Al sudeste tiene como pequeña compañera a la Île aux Nattes (de 2,5 kilómetros por 1,5) separada por apenas un brazo de mar de 400 metros de ancho.
La isla sirvió durante los siglos XVII y XVIII como base para los piratas que operaban en el Océano Índico acechando a los barcos que regresaban de las indias orientales cargados de riquezas.
Varios filibusteros legendarios vivieron en la Île aux Forbans ( Isla de los Piratas), en la Bahía de Sainte-Marie frente a Ambodifotatra, donde las aguas eran tranquilas y estaban protegidos de las tormentas tropicales. Muchos formaron familia y se establecieron, dejando los barcos en las costas.
Esas naves descansan a pocos metros bajo el agua frente a las playas y hasta se ha identificado a una de ellas, que perteneció al capitán Christopher Condent (1690-1770), la bautizada como Fiery Dragon. Y hasta hay un cementerio pirata.
Las ballenas y sus cantos
El Canal de Sainte-Marie, entre la isla y Madagascar, es un punto ideal para la observación de ballenas y para verlas llegan turistas de todo el mundo.
Dos grupos importantes de ballenas jorobadas se dan cita allí en su migración desde el Mar Antártico para la época de la reproducción; cada uno con distintivas y complejas canciones bien diferenciables.
La exuberante vegetación, un maravilloso microclima, cultivos de especias tan deliciosas como la canela y la vainilla y también grandes cafetales. Una fauna en la que se destacan distintas especies de lémures y una flora donde las orquídeas son atracción. Más la diversidad de peces de las formaciones coralinas de la costa, todo ello aunado hacen de esta pequeña porción de tierra un paraíso inigualable, donde las vacaciones suelen ser increíblemente divertidas.
¿Habían escuchado acerca de la Île Sainte-Marie? ¿Les gustaría visitarla?







