La iglesia más alta del mundo se está deteriorando a causa de la orina

La catedral de Ulm es una iglesia luterana que se encuentra en Ulm, Alemania, que rodea el río Danubio. La misma fue construida entre el siglo XIV y XIX con un estilo gótico y una altura de 161, 5 metros, por lo cual es la iglesia más alta del mundo.

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Pese a su nombre, técnicamente no se trata de una catedral ya que en la misma nunca residió un obispo, en realidad la iglesia pertenece a la prelatura de Ulm.

En el siglo XIV, los locales financiaron una iglesia católica para ser construida dentro del perímetro de la ciudad. En 1377 comenzó a construirse con el propósito de construir la iglesia más alta posible. En los siguientes años, la construcción estuvo en manos de  Heinrich II Parler, pero luego fue dirigida por  Ulrico Ensinger y fue cambiando de constructor en forma sucesiva.

Eventualmente, en 1529, como resultado de la reforma protestante en Alemania, la iglesia pasó a ser una iglesia luterana.

Mantenimiento de la catedral de Ulm

Imagen Shutterstock

A fines de la segunda guerra mundial, la ciudad fue bombardeada por los aliados que destruyeron el 80 % de los edificios y estructuras medievales. Sin embargo, la iglesia recibió pocos daños y con el pasar de los años, se invierte constantemente en arreglos para mantener su estructura.

No obstante, ahora la estructura esta comenzando a degradarse como consecuencia de las personas que orinan sobre sus paredes. La orina está compuesta de varios elementos como sales minerales, urea y ácido úrico, que con el tiempo pueden contribuir a la erosión de los materiales.

En respuesta a este problema, las autoridades comenzaron a aplicar multas de 50 a 100 euros para las personas que eligen orinar sobre las paredes de la catedral. Sin embargo, esta medida no parece haber tenido un gran efecto sobre la población ya que la frecuencia de personas que orinaron sobre las paredes incrementó considerablemente.

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Michael Hilbert, que dirige el mantenimiento del edificio, explicó que este fenómeno sucede porque cerca de la catedral hay un festival y un mercado de Navidad donde se vende una gran variedad de comidas y alcoholes, en particular vino. Además, la escasez de baños químicos en la cercanía contribuye al asunto.

Con la fecha navideña tan próxima, las autoridades deben tomar otro tipo de medidas, más allá de multas, para prevenir que las personas orinen sobre una catedral que se construyó en 500 años. 

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