La hermosa San Miguel de Allende, en México

En México, existe una ciudad colonial tan bella, que su nombre inmediatamente nos lleva a pensar en un largo pasado histórico y un ambiente de alegría único e inigualable cercano a las Montañas Bajio. Esta ciudad es nada más ni nada menos que San Miguel de Allende, declarada monumento nacional en 1926 para evitar que se convirtiese en un territorio fantasma, porque sería una gran pena que toda esa belleza se desperdiciase.

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Actualmente, sus edificios coloridos son visitados por millares de turistas al año, y hasta se han llevado a cabo películas de Hollywood en el terreno, por lo que no pueden perderse esta magnífica ciudad.

Gran obra de arte

La zona se beneficia mucho de gran parte de sus habitantes, gente de gran capital económico que vio la belleza de la ciudad y decidió instalarse así como si fuese una especie de Miami mexicano. Por lo tanto, San Miguel está en constante renovación, y eso se muestra definitivamente en la reacción de los visitantes ante ésta, porque realmente es una maravilla para observar.

No es sorpresa que, aunque no posea atracciones así como casinos o mismo un aeropuerto (deberán viajar a Ciudad de México y de allí transportarse aquí por coche), se siente moderna y siempre brillante.

Dentro de esta fantástica región mexicana podemos encontrarnos con Atotonilco, una comunidad pequeña que es hogar del Santuario de Atotonilco, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad junto con el centro histórico de San Miguel.

El santuario se caracteriza por sus altas murallas que, por dentro, están cubiertas de frescos con escenas y pasajes de la Biblia, cada una de éstas pintada por el artista Miguel Antonio Martínez de Pocasangre a lo largo de unos sorprendentes 30 años. El complejo es utilizado como retiro espiritual de muchos, pero es además una maravilla arquitectónica de primera.

Vistas perfectas

Justo en las afueras de la cuidad se encuentra el Charco del Ingenio, un jardín botánico y reserva ecológica dedicado especialmente la flora mexicana y el cuidado de especies en peligro de extinción.

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Lo más sorprendente del sitio es que está ubicado en un cañón, en cuyo fondo hay un manantial que forma una piscina natural, por lo que es un paisaje nunca antes experimentado y, como si fuera poco, le es de gran beneficio a los elementos naturales del sitio.

De todos modos, no hay mejor momento para visitar la ciudad que durante alguna festividad importante. Por ejemplo, en Semana Santa, San Miguel se llena de más colores y desfiles de carrozas.

El Día de la Independencia de México (16 de septiembre) y Año Nuevo también son grandes momentos para visitar la ciudad, y más que ahora se han prohibido las carreras de toros como parte de las celebraciones. Sin duda, San Miguel es un destino imperdible.

¿Conocen San Miguel de Allende? ¿Qué les parece la ciudad?

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